Foto: Marta Pérez | EFE
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Por estos días medios internacionales destacan la aparición en distintos países de brotes de hepatitis aguda infantil. Según Reuters, son más de 190 los niños afectados con esa infección hasta el momento inexplicable, pues es poco frecuente la inflamación del hígado en menores catalogados de sanos.
El brote se notificó por primera vez este mes en Reino Unido, que ha registrado la mayoría de los pacientes, casi todos menores de 10 años (entre 2 y 5 principalmente), y desde entonces se ha reportado en otros 12 países. Lo que más preocupa es que los enfermos no están presentando los virus típicamente responsables de la inflamación aguda del hígado: hepatitis A, B, C, D y E.
De acuerdo con la OMS, ya hubo el primer fallecido por esa causa, mientras otros 17 niños han necesitado trasplantes de hígado. Algunos síntomas comunes han sido la ictericia, es decir presentar un color amarillento de la piel, diarrea, vómitos y dolor abdominal.
El estudio conjunto de los casos recientes proporciona pistas acerca del posible origen de la enfermedad, pero todavía no se han conseguido certezas y las investigaciones se hallan en la fase de las hipótesis. Sin embargo, parece que el origen infeccioso de los nuevos casos y las primeras sospechas se centran en un tipo adenovirus, ya que se ha constatado su presencia al menos en varios niños en Estados Unidos.
Explica el diario La Tercera que la implicación del adenovirus F 41, como la causa subyacente de la hepatitis aguda es actualmente una hipótesis a seguir desarrollando. Pero ello no explica completamente la gravedad del cuadro clínico.
Una búsqueda rápida en Internet arroja que los adenovirus son principalmente virus respiratorios, que generan cuadros respiratorios con fiebre y faringitis y en algunos también incluso neumonía, pero no provoca los síntomas que presentan hoy los niños enfermos alrededor del mundo.
Generalmente, esos patógenos también pueden provocar afecciones en los ojos, el intestino, el hígado y el tracto urinario.
Aunque prevalece el desconcierto, los científicos investigan si el supuesto adenovirus ha mutado o está actuando en conjunto con otra infección, probablemente la COVID-19. Por ahora, se ha descartado cualquier relación con las vacunas contra el SARS-CoV-2 que se aplican a la población pediátrica.