Cubanos definen el “reordenamiento” con una palabra

Foto: Cuba Noticias 360

Texto: Hugo León

A finales del año pasado el Gobierno cubano reconoció el fracaso del reordenamiento monetario y lo llamó “ineficaz”, para luego anunciar una nueva política de “estabilización macroeconómica” y lanzar duras medidas como el incremento de precios de diversos productos y servicios. Al cubano de a pie, sin embargo, no se le preguntó qué pensaba del reordenamiento.

¿Alguien con buena memoria recuerda si a los cubanos fuera del Parlamento se les preguntó durante los dos años que duró la política?

En cualquier caso, Cuba Noticias 360 dio espacio en sus redes sociales para que los internautas definieran con una palabra lo que para ellos había sido el reordenamiento, y los criterios no tardaron en llegar.

¿Qué dicen los cubanos del reordenamiento?

El consenso compitió con el del Parlamento, pero esta vez con un criterio negativo y con duras quejas y críticas a la política que debía traer mejoras al país pero que terminó tirando por la borda al peso cubano y empeorando la situación de la isla.

Para muchos, fue algo “desastroso”, “aberrante” o “catastrófico”. Significó también “más pobreza y miseria” y “caos”, de acuerdo con cientos de comentarios recopilados.

Los internautas no se callaron nada. “Yo lo llamo desorden monetario porque nuestra moneda perdió valor, yo siempre supe que esa era la metía de pata más grande, quieren echar una economía para adelante con leyes y medidas”, comentó el lector identificado como Oliverio Ferrer.

“No sé si reír o llorar, siguen pensando que con reuniones, medidas y congresos van a recuperar la economía”, cuestionaba otra comentarista en el debate.

“Estuvieron más de una década estudiando el asunto y ahora reconocen que fue y es un desastre”, recordaron varios, mientras que otros lo llamaron un claro ejemplo de “mediocridad” y de “desvergüenza”, pues quienes lo idearon y guiaron no sufren sus consecuencias pero tampoco responden por sus actos.

Reordenamiento monetario: crónica de una muerte anunciada

Los procesos y políticas hay que mirarlos a la luz de los acontecimientos y su contexto. El reordenamiento era necesario, dijeron muchos economistas, pero también señalaron que el momento no era el adecuado y que la forma escogida no era la mejor. Ante estas llamadas de atención hubo oídos sordos.

El reordenamiento comenzó en enero de 2021 y ya en diciembre de ese mismo año el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, explicaba a la Asamblea Nacional del Poder Popular que su objetivo inicial “no se había logrado en su totalidad” y que “la difícil situación de la economía mundial y la del país en particular, en la que se decidió llevar a cabo el proceso, unido a los problemas de diseño y las dificultades propias en su implantación, generaron resultados no deseados y múltiples insatisfacciones entre la población”. Pero tardaron dos años en declarar finalizado el intento de reordenamiento y la demora pesó todavía más.

“La Tarea Ordenamiento fue una decisión correcta, pero no se hizo en el momento ni con la secuencia adecuados”, considera el eminente economista y profesor universitario Omar Everleny. Por su parte otro peso pesado de la economía, el Dr. Juan Triana Cordoví, cree que la secuencia de decisiones de reforma fue “totalmente errónea”.

Otros autores han explicado que el problema principal radica en el modelo de economía dirigida centralmente que se intentó reordenar pese a que no ha demostrado ser eficiente históricamente.

Tal vez el éxito de las políticas futuras radique en la escucha atenta a la población, a llamadas a economistas capaces de aportar otra mirada al asunto y del análisis de la opinión del cubano en las redes, que a golpe de inflación, dualidad monetaria y tropiezos para poner comida en la mesa también ha aprendido de economía, por las malas.

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