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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Elon Musk sigue dando de qué hablar después de convertirse en el dueño de Twitter. Recientemente anunció una encuesta para preguntarle a los usuarios si querían su permanencia al frente de la red social, el cual perdió con un 57,2% de votos en contra de que se mantuviera dirigiendo la compañía.
Han transcurrido varias horas de un inusual silencio después de la votación, en la que participaron 17 millones de cuentas. Este martes Musk dió la cara y publicó varios tuits en los que aseguró que, a partir de ese momento, sólo tendrían derecho a voto en este tipo de cuestiones los suscriptores de Twitter Blue e incluso coincidió con algunas opiniones que aseguraban que la consulta había sido adulterada por el gran número de bots presentes en la plataforma.
No obstante, parece ser que el multimillonario aceptó la decisión de los usuarios y aseguró su renuncia “tan pronto como encuentre a alguien lo suficientemente tonto como para aceptar el puesto”. Este fue el último mensaje en su cuenta esta madrugada.
La decisión de Musk llega en un momento en el que sus decisiones al llegar a lo más de la red social han sido duramente criticadas, incluso por hasta los más fieles por su censura a cuentas de periodistas que cubren la actualidad de la compañía o por la prohibición de enlaces a perfiles alojados en otras redes sociales.
Musk también dió más detalles sobre su rol cuando deje la dirección de Twitter, estando al frente de dos áreas claves: servidores y software. Algo que demuestra que seguirá marcando el ritmo y estando en el día a día de las decisiones que se tomen.
Algunos medios de prensa informaron que la búsqueda de un sustituto para la compañía había comenzado en realidad desde hacía algún tiempo, ya que mucho antes de formalizar la compra de Twitter, Musk había asegurado que su paso por la red sería efímero.
Desde su entrada en las oficinas de la empresa, la plantilla se vio reducida a la mitad tras una ola de despidos masivos y luego del ultimátum con salidas incentivadas para quedarse con los que realmente estuvieran dispuestos a aguantar el exigente nuevo ritmo de trabajo.
El reto para quien asuma la nueva jefatura es tremendamente grande, también desde lo financiero, ya que el propio Musk ha advertido que desde mayo pasado las proyecciones de la plataforma indican que va directamente a la quiebra.
Esta situación se vió agravada con el hecho de que una gran parte de los anunciantes abandonó Twitter al considerar que la red estaba plagada de perfiles extremistas y de discursos de odio.
Lo cierto es que con alguien como Musk resulta difícil saber cuáles serán las implicaciones de su dimisión como director ejecutivo de Twitter, en caso de que esta sucediera en algún momento. No obstante, continuará siendo su único dueño, algo que deja dudas sobre la libertad que tendría el “nuevo jefe” de la red social.