Fotos: Ernesto Cordoví | Facebook
Texto: Fede Gayardo
El médico cubano Ernesto Cordoví alertó del uso ilegal de medicamentos para el aborto en La Habana, después de recibir varios casos de mujeres en estado de shock en el Hospital Universitario Ginecobstétrico Diez de Octubre, conocido como Hijas de Galicia.
El galeno, director de la mencionada institución hospitalaria, compartió la denuncia a través de su perfil en Facebook, afirmando la llegada de cuatro mujeres en los últimos 10 días a su Cuerpo de Guardia.
En un primer momento de su publicación, Cordoví se preguntó: “¿Está usted desesperada? ¿Se te está cayendo el mundo? ¿Tu problema no tiene solución? Abre bien los ojos y piensa por favor!!!”.
Luego, explicó que “al menos 4 mujeres han llegado shokeadas en los últimos 10 días al Cuerpo de Guardia de nuestro Hospital por el uso ilegal de misoprostol, una prostaglandina que se usa para aborto farmacológico”.
Las prostaglandinas son un tipo de fármacos que se utilizan para inducir las contracciones uterinas, provocando la expulsión del contenido del útero y resultando en la interrupción del embarazo.
Ante esta situación, el doctor cubano volvió a cuestionar: “¿Por qué compran esto ilegalmente si existen servicios de aborto de la ciudad abiertos? ¿Por qué algunas mujeres permiten el cobro de servicios y no lo denuncian?”.
Además, instó a las mujeres que lo lean que “no paguen por algo que no tiene razón de ser, no sean cómplices de los que inescrupulosamente lucran con la salud del pueblo”.
En cambio pidió a las mismas que “vayan a las consultas de interrupción de embarazo de los Hospitales y si sienten que algo no va bien toquen la puerta del Director, los conozco a todos y se que el corazón no les cabe en el pecho, pero NO pongan su vida en riesgo, la vida es lo más grande que uno tiene, espero escuchen…”.
Esta situación se da en un contexto en el que los medicamentos escasean en casi todos los hospitales y farmacias de Cuba. Es por ello que muchas personas recurren a la compra de los mismo en el mercado negro, algunas veces sin tener en cuenta las consecuencias que la automedicación puede traer en caso tan delicados como el de los abortos.
Según los especialistas, el uso de prostaglandinas, como el misoprostol, viene a ser una de las prácticas más seguras para interrumpir un embarazo. No obstante, advierten que las mismas deben realizarse siempre bajo la supervisión y asistencia médica.
