abril 28, 2024
30.2 C
Havana

¡La Recarga Saldo 5X + Internet Ilimitado más barata aCuba! 😍

Del 23 de abril al 30 de abril ¡En Cuba recibirán 2500 CUP de Saldo Principal e Internet Ilimitado de 12 am a 7 am!

Recargar ahora

Rosa María Rodríguez: “Yo nunca creí vivir lo que hoy vivo”

Texto: Jorge Suñol

Fotos: Cortesía de la Entrevistada

Hay exactamente 8210 kilómetros de Cannes a La Habana, cerca de 14 horas de vuelo. Esto era lo que le esperaba a Rosa María Rodríguez tras varios días en Francia, junto a otros cineastas y productores cubanos que, todavía sin creerlo, fueron invitados a uno de los acontecimientos más publicitados del mundo: el Festival Internacional de Cine de Cannes.

El lunes 22 de mayo justo a las 10:42 am, hora de Cuba, para Rosa María eran casi las 5 de la tarde en Francia, y vía Messenger me envía una foto del avión en el que está a punto de montar.

Lejos de la catarsis que implican las despedidas, ella estaba feliz. Se ha reencontrado con gente con la que quería dialogar sobre cine y el reto que implica producir ahora mismo en la Isla. Quería que el cine cubano todo, independiente o no, se sintiera con fuerza. Y lo logró, con el apoyo de muchos. Quería abrazar a esa gente que todavía resiste en este camino.

La 75 edición, que acaba este sábado 27 de mayo, con toda la rimbombancia que le caracteriza, comenzó desde el 16. Hasta allí, al mismísimo Cannes, 14 profesionales del cine cubano asistieron a varios encuentros en el Mercado del Cine. Rosa María era una de ellos.

Fue una gran oportunidad para darse a conocer ante el mundo y aumentar la visibilidad de sus proyectos en desarrollo. El viernes 19 de mayo, hace exactamente una semana, en el pabellón Cinémas du monde del Instituto Francés, se escuchaba hablar con pasión sobre Cuba y las ganas de contar historias que tienen sus cineastas y, sobre todo, de la necesidad de unir fuerzas.

14 profesionales del cine cubano asistieron a varios encuentros en el Mercado del Cine

Rosa María Rodríguez, actriz, productora, y cineasta cubana, lo relata.  Aprovechamos la oportunidad, también, para hablar sobre sus proyectos en curso, el país que quiere ver y la necesidad de mantener viva su “escuelita”: la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños), de la cual es productora ejecutiva.

Vayamos por partes. ¿Qué significa para ti llevar el cine cubano al Cannes?

Cannes es un referente dentro de la industria cinematográfica. Por supuesto que es una meta alcanzada dentro de mi lista como cineasta. Estar allí y que nadie te cuente cómo funciona el certamen es impresionante.  Pero en esta ocasión fui parte de algo más grande. Llevar el cine y nuestros proyectos como productoras independientes marcó un antes y un después dentro del cine cubano.

Hasta ese momento solo había asistido a este espacio el ICAIC, con las películas realizadas por ellos. Por más de 15 años tuvieron hasta su propio stand donde hacían sus negociaciones con la industria cinematografía mundial. También supe que fue uno de los primeros en tener un espacio así como país latinoamericano. Hoy es triste ver que hasta países pequeñitos y sin la historia que tiene nuestro cine tienen su stand, venden, cierran tratos y servicios para su cine y Cuba no está en este espacio.

 ¿Cómo fue la experiencia de participar en el panel ¡Hola nuevos cubanos! Presentación del cine cubano contemporáneo, organizado por el Instituto Francés y la Asociación Cinemanía?

No pararé de agradecer al FSPI (Fondo de Solidaridad para Proyectos Innovadores) por hacer posible lo que sucedió el 19 de mayo del 2023 en Cannes. Que pudieran estar una representación de productoras independientes cubanas como Wajirosfilms, I4films, GatoRosafilms, Cachitafilms y cineastas como María Carla del Rio, Boris Prieto, Claudia Figueredo, Lisandra López, Marta María Borras es de gran relevancia. 

Allí estuvieron cuatro pilares del cine cubano de hoy que garantizan que nuestro cine siga expandiéndose:  El ICAIC, un cineasta como Fernando Pérez que representa una generación que se ha reinventado a lo largo de su carrera, (para mí, el cineasta vivo más importante de nuestra cinematografía), los cineastas independientes residentes en la isla y los cineastas que residen fuera de ella.

Sentados todos y todas a la mesa gracias a Solen Rouillard y Magali Kabous que llevaron el diálogo. Un espacio que permitió que artistas de todas partes conocieran más de nuestro cine y de nuestras realidades. Varios fueron los temas que se tocaron:  la historia del cine cubano, la creación del ICAIC, sus momentos de esplendor, el deterioro a causa de la crisis económica y otros factores como el nacimiento de los cineastas al margen de la industria. Aquí siempre me detengo, porque más que cineastas independientes somos cineastas que fuimos obligados a ser autónomos pues no teníamos espacio dentro del ICAIC y a sus presupuestos, pero irónicamente la gran mayoría éramos egresados de escuelas de cine de nuestro país.

Retomando los temas que se trataron estuvieron los reclamos de los independientes por ser reconocidos, la creación del Registro del Creador Audiovisual, el Fondo de Fomento del Cine Cubano y el asunto, aún pendiente, de tener una LEY DE CINE.

Un momento hermoso fue cuando Fernando habló de la maravilla que es, el deseo inagotable que tenemos por SEGUIR CONTANDO HISTORIAS, aunque sea casi imposible en la Cuba de hoy. Se detuvo hablar de su última película (El Mundo de Nelsito, 2022) que fue una fiesta, una inyección para él de gente joven. Casi todo el equipo son esos independientes de los que hablaba, pero que hoy prácticamente ninguno vive en Cuba, por diferencias políticas, por buscar una mejor vida para ellos y su familia, becas, trabajos y por otras mil razones. Que eso golpea fuerte a nuestra cinematografía, que nuestra juventud se nos va y afecta a todos los sectores.

Rosa María con Fernando Pérez, en Cannes.

Actriz, productora, cineasta, ¿en ese orden? ¿Qué ha sido lo más difícil en este camino?

Todo ha llegado en su momento porque tocaba. Cada carrera se ha alimentado de la otra como especie de cascada creativa. Dice mi madre que a los cuatro años miraba algo en la TV y le dije que quería estar allá adentro. Mis padres son una maestra de niños especiales y un dentista artista de reconstrucción de piezas dentales. Gente humilde que todo lo que tienen se lo han ganado por su sacrificio. De ahí salí. Creo que por eso mi carrera ha sido así, de construirme como artista con tres especialidades: actriz dramática, directora de radio, cine y TV y después productora ejecutiva en la EICTV.

Todas tienen sus grandes retos y dificultades, pero para mí es un privilegio hacer lo que me gusta, así que lo veo como una bendición. Te puedo decir que lo más complejo es ser productora. Es un trabajo super duro y muchas veces no somos reconocidas; mucha responsabilidad, pero cero empatía. Y al final del día las productoras y los productores hacemos posible el sueño de alguien, les lanzamos su carrera la mayor parte de las veces y somos los responsables de lo más complejo dentro de una película: la parte legal, artística y financiera.

En Cuba se hace más difícil aun porque la historia de la producción dentro de la industria es de el que ejecuta un presupuesto del Estado. Y yo soy una generación de productores y productoras que levantamos proyectos desde cero, proponemos historias, y hasta movemos las pelis por la falta de distribuidoras y agentes de venta en CUBA.

Mencionas a la Escuela de Cine y Televisión.  Has dicho en uno de tus posts que es “incómoda”. Hablemos ahora de este momento sensible de la EICTV, de cómo concebir un futuro mejor para ella, de darle más atención.

La situación actual de nuestra escuelita es algo que me tiene con una honda tristeza.

La EICTV fue un lugar revolucionario, ahora hay miedo con hablar de revolución. Detesto como nos han hipotecado la palabra REVOLUCIÓN, uno de los significados más potentes de lo que significa revolución que siempre uso es: Una revolución (del latín revolutio, «una vuelta») es un cambio social fundamental en la estructura del poder o la organización que toma lugar en un periodo relativamente corto o largo dependiendo la estructura de la misma. 

La EICTV cada unos años hacía elecciones para escoger una nueva dirección. Era bello ver los debates sobre el tema en el marco del Festival de Cine de La Habana. Se reunían egresados, estudiantes y el Consejo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano para ver cuál era la mejor opción. Los candidatos hablaban de su posible gestión si eran elegidos. La escuela tenía condiciones que no le tenía que envidiar nada a nadie. Desde que entrabas a su espacio físico sentías que nada era imposible en el mundo de la creación y el cine. Era autónoma y, al mismo tiempo, apoyada y acompañada por el Estado, pero como pasa muchas veces en este país, lo que funciona bien es incómodo. Y como mismo murieron los padres fundadores de esta utopía, la escuela la están dejando morir.

En este momento es fundamental la voluntad política de que no desaparezca la EICTV, lo único que nos viene quedando con ese espíritu en la región. La unificación de la moneda, convertir el dinero que ingresa en moneda dura en moneda nacional, la pérdida de autonomía en diferentes áreas, la no oxigenación de los directivos, el éxodo, la falta de recursos, la falta de gestión por cansancio, por obstáculos externos o por lo que sea dentro de la escuela.

Prácticamente no quedan profesores y trabajadores cubanos porque no les alcanza para vivir el salario actual, cuando estamos hablando de una escuela que no se trabaja 8 horas, se trabaja 24 horas por el tipo de enseñanza. La diferencia entre lo que gana un extranjero haciendo el mismo trabajo que un trabajador cubano es indignante y todo por ser cubano. Esto hace que la escuela actualmente gaste más en traer profesionales extranjeros, pagar sus boletos, seguros médicos.

Tienes entonces que escuchar el mismo discurso por años, la escuela no es una universidad y no se le puede pagar más a los profesores cubanos. La EICTV no ha necesitado nunca ser una universidad, su manera de enseñanza es ideal.  Aparte de que convertirse en universidad la limita a que tienes que tener un título universitario, tener evolución académica y más para dar clases. Entonces, un montón de cineastas ganadores de los mayores galardones en los certámenes de cine, que no tienen ni siquiera doce grado están fuera. Yo no quiero tener una persona que tiene veinte títulos colgados en la pared, yo quiero artistas activos en el cine y con resultados que me compartan su saber.

Vi Agosto, y me place saber que pudieron ir finalmente a Gibara para filmar El Regresado ¿alguna obsesión con esta locación o es parte de mantener esa identidad, de contar historias de este y otros pueblos de Holguín?

El Regresado fue un pequeño oasis a la verdad, dentro de tantas tristezas en estos últimos años. El equipo fue el mejor escogido, eran las personas ideales para este proyecto. Sabía que mi primera experiencia como productora de un largo de ficción tenía que ser hermosa y así fue. Agosto en un inicio fue pensada para ser filmada en Gibara. Por falta de presupuesto y tiempos no pudo ser y se recreó esta historia entre Santa Fe y Cojimar.

El Regresado la soñamos juntos Capó y yo, sabíamos que teníamos que grabarla en Gibara, hacernos ese regalo. Así que en la filmación del documental La tierra de la ballena llevamos a Laura Conyedo a conocer Gibara para que escribiera junto a Capó la película. Cuando llevamos a nuestros amigos a filmar la película era hermoso ver sus caras al descubrir los espacios reales que estaban plasmados casi exactamente iguales en el guion. Los actores y actrices eran una fiesta, la película creció mucho gracias a sus ganas.

Agradecer infinitamente al Fondo de Fomento y a su jurado por hacer posible que exista El Regresado, al igual que la productora independiente Wajirosfilms que sin ellos no lo hubiéramos logrado.

Me hablas de Armando Capó. Juntos han conseguido una buena dupla cinematográfica, ¿te exige más por ser su pareja o eso es un punto a favor en sus producciones? ¿establecen algún tipo de límites?

Capó es mi mejor amigo y mi familia. Tenemos una dinámica de vida que se ha formado a lo largo de nuestra relación. Somos muy diferentes y eso nos complementa, al mismo tiempo somos del uno y del otro nuestros mayores críticos. Leemos en conjunto nuestros proyectos, trabajamos en los próximos. Qué directores y directoras apoyar desde la productora GatoRosafilms es una decisión en conjunto siempre por la responsabilidad que conlleva.

Internamente en los nuestros, uno produce, el otro dirige y viceversa.  Es divertido. Los logros de ambos lo vemos como algo que hemos creado juntos. Pero al mismo tiempo Armando Capó es un universo y yo soy otro, que han decidido unir fuerzas para crear. Igual no todo es brilli , brilli como me gusta decir, hay momentos de tensión y  es lógico que pase.

¿En qué proyectos cinematográficos o de otra índole andas ahora mismo? ¿cómo va El Regresado?

Bueno estoy en etapa de búsqueda de financiamiento para mi Ópera prima como directora de ficción La Levedad de ella. Que lleva buen ritmo en su desarrollo, estuvo en Nuevas Miradas, Bolivialab, mercado de Costa Rica, Sapcine, Cine Qua Non lab, Fondo de Fomento del Cine Cubano. Actualmente estamos en casting, con algunos confirmados ya.

Además estoy en la fase final del largometraje documental La tierra de la Ballena de Armando Capó, en post del largometraje documental del cineasta de Pinar del Río, Lázaro Lemus, ganador también del Fondo, El Bosque Intermitente; en post de dos cortometrajes de ficción Cuando el viento de Lisa María Velázquez y Pupa de Leandro de la Rosa y desarrollando el largometraje documental de la directora Carla Valdés,  Ante el camino, con el cual a fines de abril estuvimos en Visions du reel en Suiza. Todas son producciones de GatoRosafilms

El Regresado, por su parte, se encuentra en montaje a manos de Emmanuel Peña.

Me llama la atención como aparte de promocionar y visibilizar tu trabajo y el de otros realizadores, en tu perfil en Facebook has compartido contenido sobre la situación crítica que vive la Isla, ¿qué piensas de la Cuba de hoy? ¿cómo quieres tu país?

Como artista lo que pasa a mi alrededor es mi materia prima. Ser artista es una responsabilidad. Plasmar en una obra artística nuestras realidades es el día a día y no puedes quedar sorda, ciega y muda ante lo que tienes delante de ti. Sería muy hipócrita si no me expresara, más cuando mi trabajo lo que intenta es que escuches, veas y hables de los temas que propongo en mis películas.

Entonces lo veo todo como parte de la coherencia que debo defender como mujer, ciudadana, madre, artista, cubana que padece cada día la situación de nuestro país. Yo nunca creí vivir lo que hoy vivo. Mis amigos se marchan, la desidia crece, cada día es más imposible poder crear, vivir de tu trabajo. Veo a nuestros jubilados y solo pienso en que dentro de unos años estarán mis padres ahí y no hay nada que les ampare. Imagina que me cuesta ir a comprar los mandados del mes porque me encuentro a jubilados vendiendo parte de sus mandados para poder comprar el resto porque su chequera es de dos mil pesos.  Tengo mi pensamiento en las madres cubanas y en la gran hazaña de cada día por poner un plato de comida a sus hijos e hijas, vestirles, calzarles.

El país que sueño es uno en el que nos dejen crear y hacer en libertad. Que los gobernantes se esfuercen más, que sepan que el lugar en el que se encuentran no puede ser para privilegios solamente porque es ingenuo pensar que no se tienen privilegios. Pero tienen por obligación que poner en práctica su responsabilidad con el pueblo. Si el pueblo sufre y padece todo está mal y no se puede ignorar. El bloqueo nos afecta mucho, pero se escudan tanto en eso para ocultar deficiencias internas que ya el pueblo siente que todo es lo mismo y que no importamos.

El cine cubano, sobre todo el que se realiza de manera independiente, tiene la herida de su tiempo, el deseo de parecerse al país de manera crítica y consciente, ¿cómo ha impactado la realidad cubana a los productores y realizadores cubanos?

Cada pregunta es más fuerte que la otra… En Cannes hablábamos de que en cada proyecto hay un día en el que una se pregunta por qué carajo me dedico a esto. Hoy en Cuba casi todos los días me lo pregunto.

Yo imagino cuando estoy intentando entender las cosas que me pasan día a día que hay un grupo de personas jugando en un edificio X en todas las variables posibles para hacerle más difícil la vida a los habitantes de una isla llamada Cuba.

Cuando uno cree que no puede ir peor se inventa una ley, un sistema un algo que es casi empezar de cero. Es como una estrategia de mantenernos entretenidos, onda Los Juegos del Hambre.

La censura a nuestras películas no le hace ningún bien al estado, ni a los que nos representan culturalmente. Las películas cuando se tratan de temas polémicos o no, intentan dialogar no solo con el público sino con quienes nos dirigen. Yo siempre digo que mientras haya alguien que quiera dialogar hay esperanza, pero el día que no, será otra la historia. Desde mi punto de vista una triste historia sin retorno.

¿Qué le obsesiona a Rosa María en la vida, en una película, incluso, en sus sueños?

Quiero un mundo más justo, que nuestros niños y niñas en Cuba sonrían más, que puedan disfrutar ir al cine, al teatro, a los museos sin preocuparse qué comer, cómo ir a la escuela y qué zapatos ponerse, dónde vivir porque se les está cayendo su hogar. Que la gente quiera echar raíces en Cuba porque es un país próspero.

Quiero que podamos convivir con todas las personas sin que afecte el pensar diferentes, sin esta cacería de brujas de ambas partes. Sin que la gente se alegre con la muerte de alguien, aunque sea la peor persona, dejar de normalizar la violencia, los actos de repudio porque no piensan como tú o como yo.

Si seguimos por ese camino, donde cada vez nos dividimos más, ahí sí estoy convencida que el odio ganará la batalla y los que perdemos somos los simples mortales. Hay que centrase en lo que de veras importa como sanar, como construir un mejor país partiendo de uno mismo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí