Foto: Lou Robinson | Flicker
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El nombre está asociado invariablemente en Cuba a una explosión. Porque no son pocos los cubanos que han sido testigos de cómo las croquetas revientan en medio del proceso de cocción y lo que podía ser un apacible acto comestible se convierte prácticamente en un suplicio.
Lo anterior viene a cuento porque hoy se celebra el Día Mundial de la croqueta. Es cierto que los festejos no son precisamente para recordar este tipo de “anécdotas explosivas” pero en Cuba el alimento ha tenido entre sus peculiaridades la capacidad de reventar cuando tienen como marca la fábrica Prodal.
La croqueta siempre ha estado ligada a la cultura culinaria del cubano. En los momentos más graves del anterior Período Especial, de su versión contemporánea o del hambre en todas sus manifestaciones nos ha sacado del apuro con su faceta más popular: el pan con croqueta. De muy fácil elaboración se podía comprar en cualquier cafetería al uso y al menos pasábamos una parte del día con algo en el estómago. No estábamos muy claro de su procedencia pero cuando hay hambre no hay fantasmas, versionando, si nos permiten, la popular frase cubana.
Dicen que el día de la croqueta nació de la idea de una periodista española en 2015. Lo hizo para una campaña publicitaria. Sin embargo el origen de este sabroso alimento se remonta al siglo XVIII cuando un cocinero, de nombre, Marie-Antoine Carême cocinó unas croquetas para el príncipe consorte de Inglaterra y el gran archiduque Nicolai de Rusia. El producto estaba destinado a cubrir los platos en una cena de gala y el éxito fue tanto que se mantiene hasta nuestros días como un suculento bocado, no ya de príncipes ni duques, sino de todas las personas más allá de su estatus social.
Hasta ahí la historia internacional de la croqueta. Ubiquémonos nuevamente en Cuba. Especialmente en el contexto culinario insular. Ya sabemos que todo está extremadamente caro, que falta el arroz, el pollo brilla por su ausencia en la canasta básica y que falta el azúcar para matar el hambre con un “milordo”. ¿Pero qué pasa con la croqueta? Lamentablemente, tenemos malas noticias.
Este alimento tiene la carne entre sus ingredientes fundamentales. La carne o el pescado. Dos sustantivos, digamos, que entran en el reino de lo prohibido para la mayoría de los simples mortales en la isla. Da lo mismo que la carne sea de cerdo, de res o de «ave». Nada más mencionar la palabra no pocos harán un gesto de preocupación con los ojos y se podrán a inventar cualquier otro ingrediente para suplantar la ausencia. Eso sí, los cubanos no habrán inventado la croqueta pero son especialistas en versionar su preparación con cualquier ingrediente a la mano para darle cuerpo y ponerla en la mesa con su mejor estilo. No quedará lógicamente como la croqueta española con jamón ibérico, pero quizá sea una prima hermana que al menos tendrá algo de vida en su interior. Quizá como van las cosas hasta sea vida extraterrestre.
Dicho esto le deseamos un buen día de la croqueta. Lo importante es el festejo, así que si quiere sumarse a la celebración y tiene algún ingrediente cerca, después nos cuenta cómo ocurrieron los hechos. Eso sí, no le recomendamos, a no ser que no le cause estrechez a fin de mes, llegarse a un restaurante «de categoría» porque le van a cobrar por una croqueta un ojo de la cara.