Texto: Raul del Pino
Fotos: Enmanuel Santos
Si existe una provincia en Cuba a la que históricamente se le ha podido identificar por una actividad específica esa es Pinar del Río. En el territorio más occidental de la isla se cosecha el mejor tabaco del mundo, una distinción que ostentan como bandera y ha pasado a ser parte intrínseca de la vida de sus habitantes.
No por gusto, en las primeras Series Nacionales de Béisbol nació un equipo llamado Vegueros, aunque después ese nombre mutara a otros que menos o nada tienen que ver con la región, pero aun así hoy persisten en la preferencia popular, a saber por qué.
Para el cronista deportivo resulta complicado, entonces, referirse a los conjuntos pinareños sin herir alguna que otra sensibilidad. Aunque la mayoría de los aficionados se sienten cómodos con el sobrenombre relativo a los agricultores del tabaco, otros se refieren a la escuadra como los Lobos de Pinar o el Tsunami Verde, dos calificativos que florecieron hace una década aproximadamente.
El primero de ellos surgió a partir del apodo con el que se le conocía al capitán del plantel, Donal Duarte, “el Lobo Mayor”, un jugador que marcó época en sus 18 temporadas enfundado en el traje verde. Y el segundo, cuentan, emergió durante unos años donde varios huracanes azotaron la provincia y en más de una ocasión se planteó que los fuertes vientos pudieran provocar esos fenómenos generados por el desplazamiento del mar.
Más que una posibilidad real, la idea trascendió en el imaginario popular y de repente varios fanáticos comenzaron a utilizar ese apelativo de moda, quizás en un intento de dotar de modernidad al equipo. Así sucede con otro elenco histórico como Villa Clara, que además de su tradicional Azucareros, le llaman Naranjas o, más recientemente, Leopardos, en alusión a una novena de la ciudad de Santa Clara nombrada así a mitad del siglo pasado.
Sin embargo, más allá de gustos o preferencias, y de un debate en el que nadie quiere dar su brazo a torcer, la realidad es que poco o nada afecta a los jugadores la forma en que prefieran llamar a su selección, en especial al propio Pinar del Río, que recientemente se acaba de apoderar de la cima de la 63 Serie Nacional de Béisbol, a solo par de juegos de completar el primer tercio de la temporada regular.
Liderados por su temible trío de bateadores, conformado por Alexei Ramírez, William Saavedra y Yaser Julio González, los Vegueros/Lobos/Tsunami del occidente del país buscarán este miércoles a costa de Holguín su victoria número 18 del campeonato -la sexta en línea-, para mantenerse en lo más alto de la tabla de posiciones.
Independientemente del feroz aporte en el cajón de bateo de los tres nombres antes mencionados, del que profundizaremos más adelante, varios expertos consideraban que la salida por contratos al exterior de sus dos principales cartas, afectaría el rendimiento de los dirigidos por Alexander Urquiola, pero eso todavía no ha sucedido.
Hasta el momento, el staff pinareño ha aguantado y se mantiene como el mejor del certamen al exhibir 3.95 de promedio colectivo de carreras limpias, el único por debajo de las cuatro cada nueve entradas. Como complemento a esa formidable labor, los rivales solo le batean para .256, el average contrario más bajo entre los 16 equipos.
Si Erlys Casanova y Frank Luis Medina dejaron guarismo válidos para ubicarse en los top-10 de varios departamentos estadísticos, otras figuras de menos renombre han sabido mantener el buen rumbo de la nave pinareña, dígase el relevista Jenier Álvarez, con tres éxitos a su cuenta, o los más noveles Mario Luis del Hoyo, Yancarlos García o Gabriel Cantero. A ese grupo, se le sumó hace poco un experimentado como Bladimir Baños, quien ya se anotó su primer triunfo del campeonato.
Con el pitcheo viento en popa y numerosos brazos para alternar las responsabilidades desde el box, la clave ganadora de los pativerde ha estado en el poder de sus muñecas. Solo los Alazanes de Granma tienen mejores números ofensivos que Pinar, pero su picheo no se ha comportado a la altura.
Si bien el “pirineo” Ramírez y Yaser Julio estuvieron desde el inicio de la Serie, la incorporación del veterano Saavedra a finales de marzo, ha catapultado la producción de carreras de los pinareños a niveles estratosféricos. Solamente entre ellos tres acumulan la friolera de 23 de los 32 jonrones del conjunto, una cifra que a su vez supera la del resto de los elencos de la Serie, con excepción del líder Granma (37).
Con las remolcadas sucede algo parecido, el trío exhibe 81 combinadas, con Saavedra y Yaser Julio al frente de la contienda con 30 y 29, respectivamente. Pero lo de William es sencillamente descomunal a sus 42 años, pues además batea para .538, con 10 vuelacercas y un OPS de 1.768. Literalmente, como el buen vino.
Tan espectacular ha sido la actuación de Pinar del Río (17-6) en las últimas semanas, que ha desplazado del foco mediático a Ciego de Ávila (16-7), novena que ocupó la cima hasta la jornada de ayer. Los Tigres de Danny Miranda se robaron la arrancada de la Serie, pero lucen el mismo balance de éxitos y fracasos en sus últimos 10 enfrentamientos, lo que les costó el liderazgo y, de seguir así, también la segunda plaza que comparten con Industriales (16-7).
Hasta el próximo domingo que concluyan las sextas subseries, se puede esperar que los Vegueros mantengan el paso victorioso ante un débil Holguín (9-14), al igual que los Leones capitalinos frente a Villa Clara (9-14), dos escuadras ocupantes de los puestos del sótano. Más complicado lo tiene Ciego contra un Artemisa (12-11) que ya los venció la víspera y aspira a mantenerse en zona de playoffs.