Texto: Raúl del Pino
Quiso el destino –o las bolas calientes de la Real Federación Española de Fútbol– que el Real Madrid y Barcelona vuelvan a cruzarse en las semifinales de la Copa del Rey. Un duelo a partidos de ida y vuelta que ya va convirtiéndose en un plato más habitual de lo que cualquiera pudiera esperar para una rivalidad de tal envergadura.
Se trata del Clásico español… y también del fútbol mundial, por qué no. Los dos trasatlánticos ibéricos se verán las caras en esta instancia por tercera vez, y cuarta de forma general, en la última década, incluyendo la final de 2014 que ganaron los merengues en Mestalla.
En ese lapso temporal, los dos antagonistas chocaron en esta misma ronda durante la campaña 2012-2013, con victoria global de los blancos, luego de empatar como locales (1-1) y más tarde imponerse en casa ajena (1-3). Seis años después toco el turno del desquite al cuadro azulgrana, tras igualar a uno en su feudo y luego golear en la capital española (0-3) para quedarse con el boleto a la final.
A esta nueva escaramuza, a celebrarse con poco más de un mes de diferencia –la ida será en el Santiago Bernabéu de la capital española los días 28 de febrero, 1 o 2 de marzo y la vuelta en el Camp Nou 4, 5 o 6 de abril– súmele el partido liguero entre ambos previsto para el fin de semana del 18 y 19 marzo.
Tres partidazos entre los acérrimos contrincantes en apenas cinco semanas, pero la emoción aumenta si atendemos a los otros compromisos que cada cual tendrá también por esos días. En el caso del vigente campeón de Europa, deberá afrontar en su estadio la vuelta de los octavos de final de Champions frente al Liverpool.
En tanto, los azulgranas bien podrían disputar en esa fecha la misma fase de la Europa League, aunque para ello primero tienen que derrotar al Manchester United en los dieciseisavos de final, a disputarse en la segunda quincena de febrero.
Tantas expectativas desatadas en cuestión de segundos, dejó en un segundo plano la otra semifinal del certamen dedicado al monarca español, en la cual se enfrentarán por vez primera en esa instancia Athletic de Bilbao y Osasuna, el equipo sorpresa de la actual edición.
