Foto: Galería Villa Manuela
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
La artista visual cubana Cirenaica Moreira debuta en la literatura, y como parte de este nuevo camino, resultó ganadora de la beca catalana Can Serrat para desarrollar su novela titulada “Hasta que la muerte nos separe” en la que incluye personajes de corte histórico y político en conversaciones íntimas y surreales.
Según una publicación en redes del escritor y pareja de la artista Ahmel Echevarría, el texto está escrito a la manera del “diario íntimo, el cuaderno, en efecto, reúne sueños; pasan por ellos: Fidel Castro, Hugo Chávez, Renata Adler, Roberto Bolaño, Anaïs Nin, y Frida Khalo, amantes que vienen y van, líderes emergentes, huelgas de hambre, exilios, destierros que tienen su raíz en el entorno siempre de lo real.”
El jurado de la beca estuvo integrado por la directora de Can Serrat Sophie Blais, la encargada de coordinación artística y comunicación de la iniciativa, Sarah Goodchild Robb, y la ganadora de la beca completa de Can Serrat en Narrativa Colectiva Gener 2020, la poeta cubana Martha Luisa Hernández Cadenas.
Según la web oficial de la Beca, el jurado recibió “muchas solicitudes de escritores de todo el mundo y un gran número de ellas eran de una calidad impresionante. El jurado ha disfrutado mucho de todos los proyectos presentados y, una vez más, ha sido un reto hacer una selección.”
Después de varias deliberaciones fueron seleccionadas 21 propuestas para integrar el programa de residencia: 1 beca completa, 10 becas parciales #1, y 10 becas parciales #2, entre las que se incluye Moreira.
Cirenaica Moreira posee una vasta obra dentro de las artes visuales cubanas y con esta incursión en la literatura abre un nuevo capítulo en su vida artística.
Como parte de la noticia Echevarría también compartió un fragmento del libro en proceso de escritura. “«Hasta que la muerte nos separe», dice Hugo Chávez Frías —ex Presidente de la República Bolivariana de Venezuela— a la protagonista de esta historia: una mujer cubana, creadora visual, que ronda la cincuentena. Y la besa y la lleva en brazos por los jardines y laberintos y escalinatas de su palacio presidencial. Ella viste de blanco, acaban de casarse. A poco, sin embargo, puesto que soy esa mujer, despierto con la terrible sensación de que Hugo Chávez era mi maestro del Instituto Superior de Arte, quien está ahora, entonces, doblemente muerto”.
