Foto: Captura Video
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El dúo cubano Buena Fé estrenó una canción con la que muchos padres pueden empatizar, porque han vivido alguna vez la situación que la inspira, o porque no le han dado rienda suelta y altoparlantes a la pasión, por miedo a que les pase: que tus hijos te sorprendan en plena faena sexual, sin que los sientas venir, puede ser para muchos el clásico elefante en la habitación del que nadie quiere hablar. O en este caso, el hipopótamo…
Justamente así, “El Hipopótamo”, se titula el tema cuyo video recién estrenó el dúo guantanamero, en una vuelta a la picaresca que quizás rescate a muchos de sus seguidores que tomaron distancia. Divertida, ocurrente, la propuesta del realizador Leandro de la Rosa recibió una buena acogida en las redes sociales, con muy escasas objeciones.
La canción pertenece a “Morada”, el más reciente fonograma de Buena Fé, concebido durante la pandemia de Covid-19, aquellos días de cuarentena, encierro y convivencia a toda hora que, por cierto, daba poco chance al sexo sin moros en la costa… Producido por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), el disco ya comienza a rodar en las plataformas digitales, con un par de videos promocionales.
Respecto a “El Hipopótamo”, la agrupación lo consideró “un verdadero reto creativo abordar en una canción y un video clip, una situación íntima entre adultos. A veces por azar, accidente o descuido, se ven implicados los más pequeños de la casa. Eso fue algo frecuente por aquellos días de pandemia, o en cualquier día de la vida, cuando las circunstancias nos obligan a convivir intensamente”, escribe Buena Fé en su canal de YouTube.
Uno empieza a darse cuenta de qué irá el asunto en el fragmento “Se abre la puerta, pero nadie atiende. Crueles e inocentes sombra inoportuna”, que muestra a unos niños en toda su inocencia -al parecer mentes vírgenes de reguetón y reparto- preguntándole a papá qué le pasa a mamá, y a mamá que le hace a papá, pasmando todo el “momentum”, aterrizando a los padres en su vuelo, arruinando toda la producción amatoria.
“¿Una canción para adultos que puedan cantar los pequeños? ¿Una canción para niños que puedan entonar los adultos? Quizás esto pueda ser una fórmula para salir airosos del atolladero”, reflexiona el dúo, que remata con un valioso consejo: “si te agarran con las manos en la masa, aprovecha y desengancha. Después de todo el hipopótamo tiene orejas chiquititas”.
A todas estas, el espectador dedica buena parte del clip a preguntarse qué demonios pinta un hipopótamo en esta historia, pero un collage estilo arte pop en las paredes de la habitación paterna da una pista: el rostro del animal, visto de frente, se asemeja a la espalda y grupa de una mujer cabalgando, y no precisamente con la historia…
