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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Estados Unidos respondió la víspera a la denuncia de Cuba sobre la presencia de un submarino de propulsión nuclear en aguas de la Bahía de Guantánamo, donde está enclavada la base militar del mismo nombre, entre el 5 y 8 de julio último.
El martes a primera hora la Cancillería de La Habana emitió un comunicado en el que rechazó y calificó este acto de “escalada provocadora, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen”.
Un funcionario del Departamento de Defensa declaró de forma anónima a la agencia AP que el navío realizó una parada logística programada en ese enclave, antes de seguir rumbo hacia el sur para participar en los ejercicios UNITAS.
Esas operaciones militares se realizan anualmente, de forma conjunta, entre las armadas estadounidenses y la de varios países latinoamericanos. Se remontan al año 1959 en el marco del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
En tanto, el portavoz del Departamento de Estado, Edward Miller, sostuvo en rueda de prensa que su oficina no discute los movimientos militares de su país, pero reafirmó que “seguiremos volando, navegando y trasladando activos donde nos lo permita el derecho internacional”, como había dicho el Pentágono anteriormente.
No obstante, el funcionario llamó la atención respecto al hecho de que el gobierno de La Habana sacara a colación este tema justo en una fecha como la del 11 de julio y consideró que “los intentos de distraer al mundo del significado de este día son transparentes y risibles”.
“Hoy es el segundo aniversario de las protestas del pueblo cubano exigiendo sus legítimos derechos humanos y de la respuesta represiva del gobierno cubano”, declaró Miller.
Asimismo, la denuncia cubana apareció el mismo día en que el buque escuela Perekop, de la Marina de Guerra rusa, entro a la Bahía de La Habana, con más de 200 cadetes y una carga de ayuda humanitaria.
Según el reporte de la agencia Prensa Latina, la nave permanecerá en Cuba hasta el día 14, periodo en el que el comando principal de la Armada rusa celebrará «eventos culturales y empresariales».
Aunque no existe una conexión directa entre estos acontecimientos, su evolución apunta directamente a un crecimiento de las tensiones entre los dos países con Cuba una vez más por el medio, lo que pudiera desembocar en una Guerra Fría 2.0
