Foto: Adalberto Roque | AFP
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El reconocido escritor y ensayista cubano Antón Arrufat falleció este domingo 21 de mayo, a los 87 años en La Habana.
Desde las redes sociales, varias instituciones estatales cubanas, colegas y amigos del célebre intelectual cubano dieron a conocer la noticia y ofrecieron sus condolencias por su partida física.
“Un hombre esencial en la cultura cubana. Es de los muertos que no descansan en paz”, escribió el periodista Pedro de La Hoz en su perfil en la red. Mientras, otros usuarios recuerdan que Arrufat es “uno de los grandes intelectuales y los nombres más destacados de la literatura cubana: autor de teatro, novelista, narrador, poeta, ensayista, quien ganó el Premio Nacional de Literatura de Cuba en 2000”.
Antón Arrufat nació en la provincia de Santiago de Cuba en 1935 y desde muy joven comenzó su camino en las letras cubanas. Su gran amistad con el dramaturgo Virgilio Piñera destacó en el panorama de la literatura de la isla, legando además textos imprescindibles como “Los Siete contra Tebas”.
Su pieza cumbre estuvo censurada durante 40 años en Cuba, hasta que fue estrenada en el teatro Mella de La Habana, en 2007. No obstante, esta obra fue galardonada en 1968 con el premio José Antonio Ramos de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) antes de ser condenada al ostracismo.
Luego de ser llevada a las tablas, el autor consideró que esta acción se trataba de una especie de limpieza de errores cometidos por las instituciones cubanas durante una época, con el objetivo de que no se volvieran a repetir.
Además, durante los años 60’, el escritor fue perseguido y ‘obligado’ a trabajar en una biblioteca habanera hasta que las autoridades de la isla consideraron ‘injusto’ su castigo, llegando a concederle el mencionado Premio Nacional de Literatura, entre otros galardones.
Poseedor de una prolífica obra, Arrufat dejó textos literarios como las novelas “La caja está cerrada” y “La noche del aguafiestas”. Para el teatro dubano legó textos como “El vivo al pollo”, “Todos domingos”, “La tierra permanente”, y “Cámara de amor”, entre otros.
También dedicó gran parte de su quehacer literario a la poesía, con piezas como “La huella en la arena”, “Lirios sobre un fondo de espadas”, y El viejo carpintero.
Entre sus muchas distinciones, cabrían destacar varios Premio de la Crítica Literaria, la Medalla Alejo Carpentier, el Premio Iberoamericano Julio Cortázar, otorgado en 2005, y el Premio Nicolás Guillén, entregado en 2014.
