Foto: Hansel Leyva
Texto: Raúl del Pino
Hace pocos días autoridades del Inder anunciaron con bombos y platillos una nueva forma de gestión económica que regirá al estadio Latinoamericano a partir del mes de marzo. La emblemática instalación, emplazada en el corazón del Cerro habanero, se convertirá en una unidad presupuestada con “carácter especial”, cuya factibilidad se evaluará durante un año.
La propuesta recoge que el 70 por ciento de su presupuesto lo aportará el organismo deportivo y el 30 restante lo tendrá que gestionar la administración del estadio. De funcionar la iniciativa, se extendería al resto de las provincias del país con el objetivo de “recuperar espacios estratégicos que se habían perdido”, según planteó el vicepresidente del Inder, Omar Venegas.
Sin embargo, el directivo no ofreció muchos más detalles sobre un asunto que tiene bastante tela por donde cortar. Solo explicó que tienen pensado contratar servicios, abrir una tienda con implementos deportivos y están también dispuestos a realizar vínculos con el turismo.
Visto así, la noticia que insertaron en una conferencia de prensa mucho más amplia sobre disímiles temas, pareciera toda una novedad, pero no lo es. Esta cuestión ya la habían sacado a la palestra pública hace más de un año, cuando a finales de 2021 el vicepresidente primero del Inder, Raul Fornés, informó que algunas instalaciones y academias incluirían la participación de nuevas formas de gestión económica, como cooperativas no agropecuarias, trabajadores por cuenta propia o Mipymes.
En esa misma línea, el comisionado nacional de béisbol, Juan Reinaldo Pérez reveló en aquel mes de octubre, durante un recorrido por Camagüey, que el estadio Latinoamericano sería el primero en experimentar ese cambio en el futuro cercano, cuyo propósito era que esas dependencias “tengan su autonomía financiera y sean autosostenibles».
Pero ese “futuro cercano” nunca llegó y, como ha ocurrido tantas otras veces, se hizo silencio sobre algo que parecía una buena idea y de lo que se habló bastante en ese momento. Lo que sucede es que Cuba entraría en un desastroso año 2022, donde la crisis económica apretaría el cuello de todos los sectores sociales, el deporte uno de ellos.
Es muy probable que aquel proyecto quedara engavetado y ahora desde el Inder vuelvan a echar mano del mismo, pero de una forma más discreta y conservadora. Del jugoso proyecto de autonomía, cuentapropistas o mypimes no se ha mencionado nada, solo que la administración del Latino deberá autogestionar su economía…pero solo en un 30 por ciento. El Inder seguirá con la mayor parte del control y, aunque se lleven a cabo nuevas iniciativas, siempre tendrán la última palabra. Si sale bien, entonces podría extenderse al resto de Cuba.
La experiencia demuestra que no debemos esperar mucho de la propuesta actual. Si demoraron casi año y medio en volver a pronunciarse sobre el asunto, no hay por qué esperar que las acciones que se ejecuten lleven a un cambio realmente significativo en las formas de gestionar la economía del deporte. No por gusto el colega Boris Luis Cabrera, uno de los más fieles defensores en la actualidad del béisbol como Patrimonio Cultural de la Nación, escribía en el capitalino periódico Tribuna de La Habana lo siguiente:
“En el papel las cosas lucen bien. Todas las medidas que se tomen para rescatar y desarrollar nuestro pasatiempo favorito serán aplaudidas por los aficionados, aunque muchos (donde me incluyo) crean que son pasos aún tímidos para un deporte que necesita un cambio radical.
Temas que tienen que ver con la atención de los atletas y con el espectáculo, son deudas que tiene pendientes solucionar el organismo rector, y que se hicieron más visibles en la recién finalizada Liga Élite del Béisbol Cubano, donde llovieron las críticas y las insatisfacciones.
Tenemos fe que la próxima campaña pueda ser superior en calidad, pero no podemos olvidar que “el éxito en cualquier empresa requiere una atención decidida a los detalles y una concentración total”.
Aquí se tiene temor a todo, «van a probar» «solo un 30%» no hay desiciones y por tal no salen bien, creo la gente está dispuesta a pagar si es calidad y vale la pena, «» hasta cuando»»!!!! como hay cosas que cambiar. Ojalá les salga bien.