Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Esta semana saltaron a la luz dos hechos relacionados con el periodismo y la comunicación en Cuba que despertaron una ola de molestias y críticas y luego fueron blancos de cruentas burlas y memes. Primero salió publicado un artículo en la página web de Radio Guamá elogiando las virtudes de la presunta “leche de cucaracha” y días después salió en otra plataforma estatal la promoción de una nueva tienda de productos náuticos en MLC.
No es menos cierto que en varios sitios digitales internacionales han aparecido textos sobre este insólito producto relacionado con uno de los insectos menos visualmente agradables del planeta. Tampoco pasaría al rango de la sorpresa que apareciera una tienda de productos para navegar en cualquier país.
Sin embargo, la publicación de ambas noticias llama nuevamente a la reflexión sobre la calidad y el sentido común de una parte del periodismo estatal cubano. El periodismo, y esto es una verdad infranqueable, tiene que estar directamente ligado al contexto y no vivir de espaldas a la realidad, un requisito que hemos visto en varias ocasiones ausente en diferentes plataformas digitales que sostienen las prácticas periodísticas estatales de la isla en los últimos años.
Los directivos, el periodista que publicó la información o el editor encargado de la página de Radio Guamá notaron el dislate y retiraron el texto; pero ya era demasiado tarde para enmendar un error que pagarían caro. Porque la ola de burlas y de chistes que despertó una emisora supuestamente enfocada en la objetividad todavía sigue hoy en día y esa publicación, no lo duden, será recordada por mucho tiempo.
Nadie en su sano juicio se le ocurriría hacer alusión a semejante producto en medio de las graves dificultades para adquirir leche en la Cuba de hoy, uno de los temas más sensibles para las madres cubanas que han expresado duras críticas porque ese alimento solo se consigue en las llamadas tiendas en MLC. La persona que publicó tal texto obvió completamente el contexto y lo que bien pudo ser una curiosidad en otro momento fue interpretada como una ofensa por muchos cubanos.
El anuncio de la tienda de productos náuticos fue otro error en toda regla. Cuba vive una de las peores oleadas migratorias de su historia luego de 1959 que amenaza con envejecer más a un país ya envejecido y dejar a la isla carente de una fuerza de trabajo joven que pueda contribuir a su desarrollo.
La instalación de marras anunció la venta de lanchas, motores fuera de borda, chalecos salvavidas y los cubanos, que si algo no han perdido es el humor, relacionaron el anuncio directamente con la posibilidad de emigrar. “Abrió sus puertas la ferretería de productos náuticos, con el propósito de brindar a nuestros clientes un servicio especializado y personalizado. Radicamos en la Marina Hemingway, en la cadena de tiendas del hotel Acuario. Esperamos su visita”, dijo en Facebook la Sucursal Marlin Astillero, de a la Empresa Mixta de Marinas y Náuticas Marlin S.A.
Si uno revisa los memes sobre la tienda y sus respectivos insumos podrá pasar de la sorpresa a la risa más desopilante con la misma facilidad. Hubiese sido más sencillo abrir la tienda, que coincide con las nuevas regulaciones para importar motores de barco hasta de 10 caballos de fuerza, y no despertar tanta algarabía en un escenario digital donde algunas personas también se cuestionan sobre las verdaderas intenciones de tal hecho. O sea, de la apertura de la ya famosa tienda y de su promoción. Nuevamente una publicación de este tipo denota un alejamiento preocupante de la difícil realidad del país en el que cada vez más las familias se separan por la emigración y cientos de personas tratan de llegar a las costas de Estados Unidos en embarcaciones precarias, un lance que algunos han llegado a pagar hasta con su muerte.
Son solo dos ejemplos que hacen pensar en el estado actual de una zona del pensamiento de directivos de empresas estatales o de sus encargados de comunicación y del periodismo cubano. Podemos debatir otros sucesos noticiosos que han resaltado por su evidente desacierto o su rampante falta de sentido de la oportunidad. Pero solo nos hemos remitido a estos hechos para reflexionar un poco sobre ciertas publicaciones que evidente hacen cuestionar el periodismo que se está haciendo, en este caso, en algunos medios estatales y lo alejado que parece estar de las dinámicas digitales.
Después de la mirada crítica queda indudablemente un espacio para la risa más estridente, cuando recordamos la promoción de la “leche de cucaracha” y el entusiasta “me fui” escrito por un usuario tras leer la noticia de la venta de las balsas o lanchas, con todo incluido.