Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
Cuba, definida por el presidente como el país donde las autoridades “se van por delante con las leyes”, estrenará pronto una nueva Ley de Comunicación Social, la cual será discutida y sometida a votación por el Parlamento el próximo 25 de mayo.
¿Qué cambia con esta ley? ¿Cómo ayuda o afecta al quehacer periodístico y comunicativo dentro de la isla? Cuba Noticias 360 estudió el proyecto de ley, disponible hace un par de semanas, para dar respuesta a estas y a otras interrogantes.
Primero, aclarar que el proceso de confección de este proyecto de ley ha sido largo. Desde hace unos cuatro años en los medios de prensa estatales se ordenó la discusión de la importancia y necesidad de este texto y se preguntó a los periodistas qué creían que no debía omitirse y cómo creían que podía apoyarse su trabajo.
Según explicaron a este medio varios profesionales de la palabra, en diferentes reuniones se puso de manifiesto la necesidad de mayor acceso a información y a fuentes, y la importancia de tener garantías para poder ejercer la crítica constructiva que necesitaba el país. Muchos reconocieron también que la ley debía ser abarcadora puesto que el espectro de medios del país ya no era como el de hace 50 años.
Ahora, pasado un tiempo y ya con el borrador listo, puede leerse desde el comienzo de la ley que esta ratifica su apego a la nueva Constitución de 2019 y los principios del modelo económico y social cubano de “desarrollo socialista”.
¿Qué dice la ley sobre la libertad de prensa?
El texto indica que “la libertad de prensa constituye un derecho de las personas”, eso sí, deja bien claro que esta libertad “se ejerce según los fines de la sociedad socialista”.
Atendiendo a esto, la propia conceptualización de la libertad de prensa para Cuba queda limitada. Los más escépticos podrían recordar una frase que se le atribuye al Che donde supuestamente afirmaba que “Hay que acabar con todos los periódicos, una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa”.
La frase, quien la haya dicho, y la limitación de la prensa en sí misma, olvidan que una prensa es más eficaz para un proceso en tanto sea capaz de apuntar a sus problemas para mejorar.
Subversión
En uno de sus artículos el presente texto legal indica que los contenidos en ningún caso pueden “emplearse con el objetivo de subvertir el orden constitucional y desestabilizar el Estado socialista”, ni “difamar, calumniar o injuriar a las personas, los órganos, organismos, entidades del Estado, organizaciones políticas, de masas y sociales del país”.
¿Dónde quedarán las caricaturas y los textos de opinión? Las sanciones en el Código Penal cubano incluyen multas de hasta 300 cuotas y también privación de libertad de entre seis meses y tres años por amenazar, calumniar, difamar, injuriar u ofender a funcionarios públicos y autoridades.
Propiedad de los medios de prensa
El Proyecto de Ley de Comunicación señala que los medios fundamentales de comunicación social son “de propiedad socialista de todo el pueblo o de las organizaciones políticas, sociales y de masas”. Seguidamente, dice que “no pueden ser objeto de otro tipo de propiedad”.
La ley sólo reconoce a los medios del Estado o de organizaciones políticas, sociales y de masas, también del Estado; e indica que pueden pertenecer también a otros actores económicos y sociales legalmente reconocidos, los cuales tienen la obligación de inscribirlos en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas.
De esta forma se desconoce cualquier emprendimiento privado cubano relacionado con la prensa, como revistas, boletines o sitios web informativos que han visto la luz en el territorio nacional a lo largo de los últimos años, especialmente a partir de la distribución del paquete semanal, y que han evolucionado con el paso del tiempo.
¿Publicidad en los medios?
Aunque poco se hable de ello, los medios estatales han ido incorporando poco a poco la publicidad en sus espacios a lo largo de los años. Ahora, con este nuevo proyecto de ley, se reconoce su existencia como un modo de producción comunicativa con fines comerciales “que se orienta hacia el desarrollo del conjunto de la economía y la sociedad”.
Los medios no estatales no fueron pioneros de la publicidad en Cuba pues esta llegó al país hace muchas décadas y fue utilizada ampliamente en la prensa nacional, sin embargo, después fue limitada por el gobierno revolucionario durante años y luego permitida con reservas.
En el caso de este tipo de medios, independientes del Estado cubano, la publicidad ha sido una forma de monetizar espacios y garantizar ingresos que permitan la continuidad de su publicación, al no tener en muchos casos otras fuentes de patrocinio ni presupuesto.
El limbo de los medios no estatales
La ley simplemente no reconoce la existencia de un entramado de medios mucho más complejo que la prensa estatal, aunque eso es lo que existe actualmente en Cuba. En la isla circulan publicaciones seriadas no vinculadas al gobierno y eso no queda descrito, ni regulado en el texto del proyecto de ley.
A la vez, la era de la información y el Internet permiten que en toda Cuba se acceda a estos medios y el consumo de productos creados para redes sociales y en sitios web no regulados por el Estado.
Tal cual ha reconocido el presidente Miguel Díaz-Canel, Cuba ya tiene una Ley de Pesca, pero no hay pescado; tiene una Ley de Soberanía Alimentaria, pero no hay comida; una Ley de Fomento y Desarrollo de la Ganadería y no hay ganado… ahora, habrá que ver si tiene también una Ley de Comunicación Social y la comunicación en el país sigue en las mismas.
