Foto: El Gelato Cuba | Instagram
Texto: Hugo León
En marzo de 2022 el sitio web estatal Cubadebate compartía un interesante y crítico texto titulado “El abismo de la publicidad”, señalando cómo esta ha evolucionado hasta formar parte de un paradigma de una sociedad que invita al consumo ilimitado y crea falsas urgencias o frustraciones. Con eso en la memoria, llamó la atención a muchos el publirreportaje a un establecimiento no estatal que el sitio puso a disposición de sus lectores este lunes.
El texto de Cubadebate festeja el aniversario de El Gelato, heladería que llega a su noveno cumpleaños con diversas ofertas para la población habanera.
Tras el artículo de Cubadebate llegaron no pocas interrogantes planteadas por los internautas en redes sociales. Según lo leído se puede apreciar que al menos para una parte de la sociedad cubana es difícil relacionar a un medio del gobierno y de corte noticioso y político con la publicidad.
Vale notar que esta separación no la impuso esa parte de la sociedad, sino que la publicidad en Cuba estuvo en un limbo legal durante años.
Incluso tratándose de los nuevos actores económicos como es el privado, y de uno de los espacios más representativos en su sector en la capital, la asociación causó cierto revuelo y comentarios que van desde lo jocoso al beneplácito, pasando por lo crítico.
La nueva Ley de Comunicación Social cubana, aprobada el 25 de mayo de este año, excluye a los medios independientes del marco legal pero autoriza a los medios estatales a vender espacios publicitarios. Esto último no está alejado de lo que ocurre en el resto del mundo, donde la publicidad es una de las formas de garantizar ingresos y tener medios rentables.
Con respecto a la rentabilidad, cabe destacar que de las subvenciones del Partido Comunista de Cuba o de instituciones estatales es que obtienen fondos los medios de la isla, de ahí que vender productos y espacios promocionales sea casi una necesidad, para un país que necesita generar ingresos y disminuir gastos.
¿Es nueva la publicidad en Cuba?
La publicidad en medios impresos en Cuba tiene tanta historia como las publicaciones seriadas mismas. El siglo pasado la isla fue exitosa pionera en estos menesteres gracias a que disponía de algunas de las revistas más leídas de Latinoamérica, como Bohemia. En el país existían además decenas de medios de prensa de diverso tipo que utilizaban la publicidad para generar ingresos y cubrir gastos.
De acuerdo con el estudio “Dos siglos de periodismo en Cuba” de Juan Marrero, publicado por la Editorial Pablo de la Torriente en 2018, dos años antes de que triunfara la revolución circulaban tan sólo en La Habana, 21 periódicos, 12 noticieros de radio y 28 revistas, además de tres noticieros cinematográficos, con el consecuente desarrollo y auge de la misma publicidad.
Ese panorama cambió con la llegada de la revolución al poder. En los primeros años después del triunfo del grupo liderado por Fidel hubo un esfuerzo por cambiar la naturaleza de la publicidad en la nación, para alejarla de la promoción consumista y acercarla más a mensajes de valores revolucionarios, de igualdad social y posteriormente de resistencia y unidad del pueblo.
A medida que avanzó el proceso se restringió la promoción de productos y servicios con fines lucrativos, ya fuera en medios impresos o en los famosos carteles de las calles cubanas.
De los 2000 en adelante
La publicidad volvió a desarrollarse más activa pero incipientemente en Cuba luego del 2000. Al ritmo que cambiaba el siglo surgieron en la Mayor de las Antillas proyectos de carteleras impresas y nacieron pequeños negocios privados que necesitaban los servicios de concepción, diseño e impresión de carteles.
Las necesidades se ampliaron a las redes sociales y a los servicios digitales para la creación de páginas web y perfiles profesionales. También por iniciativa privada aparecieron en el país revistas y publicaciones digitales y se extendió el paquete semanal. En estos sitios también comenzó la inserción de publicidad.
Sin embargo, habría que recorrer un largo camino hasta la aparición de mensajes publicitarios en medios del Estado como el sitio de clasificados Ofertas, de la Agencia Cubana de Noticias, o el suplemento Opciones ahora a cargo de Juventud Rebelde, y todavía más para llegar a textos como el que hoy publicó Cubadebate, uno de los medios estatales insignia de la isla.
¿Regresaron este tipo de publicaciones para quedarse? La respuesta dependerá de la capacidad de los medios del Estado para atraer anunciantes y de la disposición de empresas y negocios privados cubanos de aparecer en estas páginas. El tiempo dirá.
