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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El vicecanciller de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, ha declarado en una entrevista con Prensa Latina que no existe un cambio real en las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos en la actualidad.
Según el diplomático, las políticas que se aplican en estos nexos tienen el sello del gobierno de Donald Trump, ya que fue él quien las implementó y la administración actual de Estados Unidos las sigue aplicando sin justificación alguna.
Fernández de Cossío señaló que Washington persigue los suministros de combustible de Cuba, y mantiene a La Habana en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, lo que afecta el desempeño de la economía cubana y el bienestar de su población.
Además, dijo, Estados Unidos acecha la cooperación médica internacional de Cuba, la cual ha sido reconocida durante muchos años por su impacto en salvar vidas de millones de personas en todo el mundo.
El vicecanciller también abordó las prohibiciones que a su decir impone la administración estadounidense a través de una unilateral lista de entidades restringidas, la aplicación del Título III de la Ley Helms Burton y la persecución de entidades cubanas y extranjeras, así como de estadounidenses que invierten en Cuba.
Según Fernández de Cossío, Estados Unidos siente que se considera dueño de los recursos y riquezas de Cuba.
A pesar de que ambos países han dado algunos pasos que tienen cierta importancia en la relación bilateral, según Fernández de Cossío, estos están lejos de caracterizar los vínculos bilaterales.
Estados Unidos pretende que Cuba le dé un gesto, pero según el vicecanciller, esto es una exigencia irrazonable, como por ejemplo, la solicitud de que se “liberen presos”.
La Habana no ha tomado ninguna acción hostil contra Estados Unidos y no tiene la responsabilidad de corregir el estado actual de las relaciones bilaterales, acotó el diplomático caribeño.
Fernández de Cossío también se refirió al reciente informe conclusivo de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos referido a los anómalos incidentes de salud en el personal del servicio exterior, conocido como “síndrome de La Habana”.
El diplomático afirmó que los hallazgos confirman lo que Cuba ha venido diciendo desde hace años: que no existe evidencia alguna de que esas afectaciones fueran provocadas por la presencia en el país caribeño de un actor extranjero que hubiera hecho uso de ondas de energía como un arma.
El vicecanciller recordó que debido a esas acusaciones en contra de Cuba, la isla se vio afectada por medidas coercitivas impuestas por el Gobierno de Estados Unidos.
El referido mal de salud, que provocó dolores de cabeza, náuseas, lapsos de memoria y mareos entre funcionarios de la Embajada estadounidense en la capital cubana, se registró por primera vez en 2016, incluso, algunos sufrieron tanto que debieron dejar de trabajar.