Foto: Tomada de Twitter Ministro de Transporte | Naturaleza Secreta
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El deplorable estado técnico de las embarcaciones, muelles y espigones es la causa principal de la crisis del transporte de pasajeros que sufren los pobladores de varios asentamientos de la bahía de Cienfuegos, ha confirmado el Ministro de Transporte Eduardo Rodríguez Dávila en sus redes sociales.
Aunque la UB Marítima Cienfuegos, perteneciente a la Empresa Provincial de Transporte, tiene en planes las rutas Cienfuegos-CEN, Pasacaballo-CEN-Castillo de Jagua y CEN-Cayo Carenas; los buenos deseos se estrellan contra la precariedad de la vida real: de los cinco barcos que conforman la flota, solo dos se mantienen surcando aguas cienfuegueras.
De ahí que, según el titular del ramo, únicamente se esté garantizando el cruce de la bahía desde Pasacaballo hasta la CEN-Cayo Carenas a bordo de la Lancha Castillo de Jagua, que tiene capacidad para 60 pasajeros, y la Patana Constructora No. 1, que admite 120.
Estas embarcaciones siguen funcionando con severas limitaciones técnicas —motores altos consumidores de aceite, problemas con el impelente, en el reductor de la máquina—, que en no pocas oportunidades provocan el retraso por rotura y hasta la suspensión de los viajes programados.
En unos 20 días pudiera comenzar sus operaciones una patana que en este momento se encuentra en el astillero; sin embargo, los pronósticos son más sombríos para otras dos naves, cuya reincorporación estima Rodríguez Dávila para uno o dos años, un estimado bastante incierto.
A este panorama de por sí crítico se suma la tensa situación de la infraestructura civil en el agua, o sea, los muelles y espigones por donde transitan los pasajeros.
Pilotes desconchados, acero expuesto, falta de defensas, corrosión en los medios de sujeción, medios de amarre en mal estado y fracturas en las plataformas figuran entre los desperfectos más preocupantes, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos de estos muelles realizan operaciones nocturnas en semejante grado de inseguridad.
El propio ministro ha reconocido que el espigón de Cayo Carenas se sigue utilizando porque allí residen personas que no pueden quedar aisladas en medio de la bahía, pero el estado técnico es tan deplorable que ya no resuelve con las “curitas” que han venido poniendo los pobladores, sino que se impone una reparación capital urgente.
