Fotos: Sierra Maestra
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Una especie de “cementerio submarino” fue descubierto a los pies del Castillo del Morro San Pedro de la Roca, en Santiago de Cuba, por especialistas e investigadores del Centro Regional de Gestión y Manejo del Patrimonio Natural y Cultural Subacuático (CUBASUB).
A través de una nota del medio estatal Sierra Maestra se informó que el hallazgo tuvo lugar en la zona este de la también conocida como “boca del Morro” o entrada-salida de la bahía santiaguera, donde se unen los terrenos del Castillo con el mar, y a unos 10 metros de profundidad.
Sobre las peculiaridades del camposanto sumergido, los especialistas detallaron que se trata de “decenas de ánforas, lanzadas allí con las cenizas de difuntos, o luego de esparcir estas sobre las olas, última voluntad de quienes previamente habían pedido ‘su reposo eterno’ en el fondo marino”.
Además de las ánforas, se encontraron cañones de la etapa colonial española, cajas con balas de piezas de artillería y otros implementos de guerra, los cuales se suponen llevan siglos sumergidos.
Vale destacar que el equipo de CUBASUB no realizaba labores de búsqueda de este tipo, sino que hacía “una labor de prospección, relacionada con el cable submarino de comunicación, que en Santiago de Cuba todo el mundo conocía como ‘el cable inglés’”, según el citado medio.
“Para ser más ilustrativo: cuando alguien en esta ciudad necesitaba enviar un mensaje con suma urgencia, le decían “mándalo por el cable inglés”. ¿Dónde estaba la oficina para hacerlo, que al mismo tiempo era el sitio hasta donde se internaba el cable en la ciudad?”, añade la nota.
Precisamente ante ese cuestionamiento los investigadores se dieron a la tarea de rastrear el espacio submarino cuando dieron con el cementerio y los implementos de guerra.
La explicación al hallazgo vino relacionada con un camino usado por los militares españoles para extraer de las embarcaciones avituallamiento para el Morro de Santiago, tales como balas, cañones y otras armas, los cuales pudieron haberse sumergido al mar en alguna de esas labores.
En cuanto a las ánforas, se describe que la ruta fue usada también por los familiares de los difuntos para esparcir las cenizas de sus muertos por lo que “esta práctica no tiene nada de misterioso ni se ha hecho ocultamente, solo que en verdad muy pocos sabían que tantos difuntos hechos cenizas, fueran a parar al mar y en un sitio tan estratégico como la ‘boca de la bahía’ y exactamente debajo del emblemático Castillo del Morro”.