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Luisa María Jiménez encontró el personaje de su vida a los 60 años

Fotos: Pablo Moreira

Texto: Viviana Díaz

– “Ahora voy a comenzar a contestarte de a poco, porque con mi nieta no es fácil, tengo que esperar el momento adecuado, cazar el momento…”

Así comenzó la conversación vía WhatsApp con Luisa María Jiménez. Esta actriz cubana no necesita presentación, todos la conocen. Ya sea como la Tojosa de nuestros abuelos, la Lala Contreras de nuestros padres, o la Miriam que tenemos más fresca en la memoria luego de su reciente actuación en El rostro de los días.

Esta telenovela, para muchos, marcó el regreso de Luisa María a las pantallas cubanas, aunque realmente, ella nunca estuvo ausente del todo.  

“No he estado perdida, estaba trabajando en futuros proyectos”, aseguró.

El rostro de los días le trajo momentos muy gratos. La telenovela no dejó indiferente a nadie, y el pequeño papel que interpretaba, uno que ella misma eligió, le dejó “un magnífico sabor”.

“Esa telenovela fue sorprendente para mí. Estoy complacida con el trabajo y por actuar junto a mi queridísimo Denis Ramos. Hicimos un binomio lindísimo.”

Su talento la ha consagrado y, de paso, la ha colocado en un sitio privilegiado en el corazón del público. También ha sido la Santa Camila de la Habana Vieja del teatro cubano, y la Magalis de la película Barrio Cuba. Mi generación no la olvida gritando “¡El lobo, el lobo!” en la Viva Cuba de Juan Carlos Cremata, cuando hacía de mamá de Jorgito.

Los pasillos de la Maison también la recuerdan como modelo de fotografía y de pasarela, faceta que explotó siendo la sofisticada Yeni en la telenovela Salir de noche.

Luisa María es muy selectiva para su trabajo. No es partidaria de la idea de actuar por actuar, de decir que sí a todo proyecto que se le presente.

“Ser actor implica descubrir quién eres, cuáles son tus objetivos, a dónde quieres llevar tu carrera y saber escoger con quién trabajar y con quién no. Hay mucho peligro en esto de aceptar cualquier cosa por tal de ganar dinero”, opinó.

No obstante, reconoce las diversas dificultades que existen en Cuba para encontrar trabajo, y las distintas motivaciones que pueda tener un artista para involucrarse en un proyecto que quizás no encuentre tan interesante.

“El dinero hace mucha falta y para eso trabajamos también, pero hay que tener tino y ser un poco inteligentes para elegir los momentos y los directores con los que nos va a ir mejor”, aconsejó.

En su caso, parece ser que su selectividad ha dado los frutos que esperó. Se siente realizada con los papeles que ha inmortalizado y en los que actualmente se encuentra involucrada.

Participó en unos telefilms con Magda González, trabaja en el proyecto “Todas”, de la directora Marilyn Solaya, e integra el elenco de la novela “Tú”, de Lester Hamlet.

“Tú es una obra especial, diferente, atractiva. En ella habrá cosas insólitas. Parejas increíbles de actores, artistas que hace años no trabajan y que en esta novela vuelven a la palestra. Esta novela va a impactar”, auguró.

– “Espera, dame un segundo que por ahí viene mi nieta (…) Dale, seguimos, se fue a jugar…”

Luego de esta pausa, la conversación se volvió un poco más personal, con la Luisa María Jiménez que es, ante todo, mujer y ser humano.

Se considera feminista, “muy feminista”, y no concibe cómo no serlo en el mundo que vivimos hoy. Apoya totalmente la emancipación de la mujer en todas sus facetas y cree que debe seguir la lucha por más conquistas en este sentido.

“Yo creo que el futuro está en manos absolutas de la mujer. No estoy excluyendo a los hombres, pero creo que el papel de la mujer en la sociedad debe ser y será aún más grande”, dijo.

Luisa María es también una fiel creyente del cambio que genera progreso, de las transformaciones necesarias, quizás por esta razón es que se identifica con las distintas inconformidades planteadas al gobierno cubano por parte del sector de la cultura en el país, muchos de ellos jóvenes.

“Todos los reclamos a mí me parecen a considerar, porque apoyo la libertad en la creación (…) hay una generación de empuje que está pidiendo crear, trabajar abrirse a lo que sucede en el mundo, y yo respeto eso”, aseguró.

Su apoyo a “todo lo que sea para mejorar” no es de ahora. Recuerda que también respaldó las exigencias del conocido como grupo G20 de artistas del cine que hace unos años hicieron varias peticiones a las autoridades, aunque al final, según Luisa María, estas no fueron del todo “escuchadas o muy atendidas”.

Como a muchos, la pandemia ha marcado un antes y un después en su vida. Aunque ahora está en Italia junto a su hija Amanda, pasó la mayor parte del confinamiento por el coronavirus en Cuba. Para ella, este momento fue una gran lección, el pie forzado para instaurar una nueva mentalidad y una nueva actitud ante la vida.

“Creo que nos unió afectivamente y creó lazos más fuertes con la familia. Nos ayudó a mirar más hacia dentro, a ser más introspectivos, a crear un mundo mejor dentro del propio hogar, a observarnos más, a mirarnos más, a compartir más, a disfrutar más las cosas sencillas de la vida”, reflexionó.

Actriz cubana María Luisa Jiménez

Igualmente, confesó que aprovechó este tiempo en potenciar actividades que siempre amó hacer: ejercicios (ya sea yoga, Pilates o aeróbicos); cocinar y probar nuevas variantes de recetas saludables; escuchar música y leer. 

También invierte su tiempo en la fotografía. Posar para sesiones fotográficas ha sido una de sus pasiones a lo largo de la vida, gusto que comparte con su hija Amanda. Su talento para esto las ha hecho trabajar con grandes fotógrafos como Luis Funes y Pablo Moreira.

“La fotografía me encanta y mi hija también, porque uno con la fotografía se descubre, se reinventa, saca cosas nuevas de ti. El arte de la fotografía es inmenso y complementa la carrera de una”, afirmó.

Luisa María siente un gran orgullo por su hija. Más que el lazo consanguíneo que las une, son grandes amigas. “Es mi inspiración, mi continuidad, es todo lo que soñé”, confesó.

A Amanda algunos la recuerdan cuando hizo de Lalita en Tierra Brava, pero contrario a lo que podría creerse su destino, no se hizo actriz, sino bailarina. Luego de pertenecer desde muy joven a reconocidas compañías danzarias como el Ballet de la Televisión Cubana, se asentó en Italia, donde vive hace más de 10 años.

Aunque para Luisa su carrera es importantísima, reconoce que ya no tiene prisa por actuar. No dejará de hacerlo nunca, pero su prioridad es su familia, compuesta por su hermano jimagua Néstor, también un reconocido actor; su hermana mayor, Silvia; su hija; y su tesoro más reciente: su nieta Aurora, de cuatro años.

Ser abuela ha sido el personaje de su vida, sin ella decirlo así, para mí es más que evidente.

“Ser abuela ha sido una de las emociones más grandes que he podido sentir, a tal punto que cuando mi nieta nació yo escribí una poesía que me brotó de momento teniéndola en brazos. Descubrí lo maravilloso de este mundo”, recordó.

Esta, su “pequeña familia”, es lo que “da sentido” a su vida. “Es lo que soy”, concluyó.

1 COMENTARIO

  1. Luis María Jimenez es ÚNICA, esa no se repite: Talentosa, Rebelde, con una Belleza atípica, Honesta, Transparente.
    La ví una vez como invitada de Mario Aguirre, ese genio de la cultura, un tarde de viernes en su espacio de Arte Habana; y me deslumbró su sencillez y transparencia, contó cosas personales con una naturalidad como si los que estábamos allí fuéramos sus amigos de siempre, sin importarle NADA.
    Que Dios siempre la acompañe en todos su proyectos de vida.
    Los cubanos te adoramos, los de aquí y los de allá porque eres universal.

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