Foto: Archivo | CN360
Texto: Hugo León
El miércoles 31 de octubre, cuando el presidente cubano señalaba en el Consejo de Ministros que la crisis del combustible en Cuba ya había pasado, Ernesto* cumplía dos días esperando por la cola del Cupet de la Virgen del Camino para comprar petróleo. Para él, si la nueva coyuntura terminó, los Cupet de La Habana “no se enteraron”.
“Mi carro es pequeño y gasta poco petróleo pero no camina con agua, cada 15 días tengo que venir a serviciar”, comentó a este medio el joven capitalino, dueño de un Moskvich con el que transporta pasajeros legalmente, asegura.
Las colas no duran igual que en la coyuntura, reconoció, pero tampoco bajan de cuatro o cinco días. Lo “bueno”, es que “el sistema de listados evolucionó y en algunos lugares los apuntadores son fijos y tienen una tarifa para agregarte a la cola y que no tengas que estar en el Cupet todo el tiempo”.
Es opcional, explica, y cuesta dos mil 500 pesos. Quien no quiera pagarlos simplemente tiene que hacer su colita, como si estuviera comprando los mandados de la bodega.
El joven chofer dice que no es muy bueno en matemáticas pero que lógicamente, era mejor tener a alguien haciendo la cola mientras él buscaba el dinero trabajando.
“Esos dos mil 500 pesos los recupero en un día, por muy malo que esté el trabajo. Lo importante es no pararse, que con las roturas ya hay suficiente”, asegura.
Los dos mil 500 pesos no son para colarte, sino para guardarte el turno y se paga en el momento de comprar el combustible, explica.
En teoría, ese tipo de organización es ilegal en varios sentidos. En primer lugar, no existe una licencia de trabajador privado para esa actividad y en segundo, porque el gobierno de La Habana estableció medidas relacionadas con la venta de combustible en los servicentros, que incluyen funcionarios que registran los datos de los clientes y se utilizarían grupos de Whatsapp donde se informaría quiénes comprarían a diario.
Al preguntarle si él sabe que las listas no están permitidas o si conoce las medidas descritas, el entrevistado comentó que sólo las leyó en los medios de prensa pero que nunca llegó a estar en ninguno de esos grupos. “Si es ilegal o no, ni idea, la mayoría de los boteros lo hacemos así para no perder tiempo”.
“En el Tángana sé que lo hicieron un tiempo, no sé si sigue funcionando así”. El joven chofer tampoco sabe cómo es mejor, pero cree que la que se usa en el Cupet de la Virgen del Camino, la misma que se usa en varios de Playa.
Otras de las alternativas que usan los taxistas es modificar el tanque de combustible para que tenga mayor capacidad de almacenamiento y así espaciar las compras.
*El entrevistado pidió discreción en el uso de su nombre.
