Foto: Jorge Luis Borges
Texto: Hugo León
Pocas cosas son tan importantes para un padre como ver a sus hijos felices y cada cumpleaños es un momento ideal para animar la familia con sonrisas. El problema está en que con cada calendario que pasa se vuelve más difícil y más caro para los cubanos celebrar esta fiesta, por eso vale la pena preguntarse ¿dónde celebran los cumpleaños hoy los cubanos?
El término “pica cake” no se inventó por deseo propio sino por necesidad, concluyó en conversación con este medio una madre que ya ha celebrado 16 cumpleaños a su hijo. Según afirma, “yo hubiera querido 16 grandes fiestas en piscinas con toda la familia y los amigos de mi hijo invitados”. Pero no todas han podido ser así, la mayoría han sido celebraciones modestas con los más allegados, un cake, refrescos y música en la casa, nos cuenta.
La magnitud de la celebración, por supuesto, está delimitada por la solvencia económica de cada familia.
Grandes fiestas, las ofertas privadas
En los últimos años el gobierno cubano permitió la creación de negocios dedicados a la organización de eventos y entre los servicios de estos se encuentra la celebración de cumpleaños. En sitios de anuncios clasificados como Revolico y en grupos de compra-venta de redes sociales como Telegram o WhatsApp se promueven ofertas que pasan de los 200 USD y llegan a la increíble cifra de cuatro mil, según pudo constatar el equipo de Cuba Noticias 360.
Varios negocios consultados contemplan paquetes organizados por cantidad de personas (desde 20 hasta 80) e incluyen buffet, transporte, salón para celebración o casa con piscina, máquinas de algodón y rositas, decoración personalizada, adornos temáticos, muñecos de Disney, parque inflable, shows de magos y payasos y mucho más. Por supuesto, mientras más cosas incluya el paquete, más costosa la actividad.
Otros sitios web venden sus ofertas por persona, la opción básica cuesta entre 10 y 17 USD por persona y la más cara pasa de 40 dólares por cada una, sin límite de asistentes.
Las fotografías en los sitios web son impresionantes, al punto de parecer tomadas en otro país. Pues no, son hechas en Cuba, lo que es sólo una pequeña minoría la que podría pagar por ello.
El Estado, otro competidor
Con miles de restaurantes, instalaciones y locales alrededor del país, el sector estatal tiene todas las cartas para ser un fuerte competidor en el mercado de los eventos en Cuba, algo que tal vez no se aproveche del todo, pero que sin dudas está entre las opciones.
Ejemplo de esto son las ofertas de pasadías, almuerzos y reservas para fiestas que tienen no pocos hoteles, al menos en la capital. Las redes sociales de conocidos hoteles de La Habana promueven estas actividades y también muestran fotos de celebraciones de este tipo, una alternativa al bajo nivel de ocupación de las habitaciones.
Hay paquetes modestos pero también hay otros de hasta ocho mil pesos por persona si son más elaborados. Cabe señalar que en comparación con los organizadores de eventos privados algunas de las ofertas son más baratas, pero igualmente, ocho mil pesos por consumidor no es algo que se pueda pagar con el menguado salario cubano.
El famoso “pica cake” cubano
Si alquilar una piscina, reservar un local en un hotel o pagar lujosos paquetes de fiestas es demasiado para el bolsillo, quedan las opciones de celebrar el cumpleaños en casa o salir a comer afuera, lo cual es mucho más barato.
La inventiva y la cercanía entre vecinos que caracterizan al cubano hacen que también se celebren fiestas cerrando algún tramo de la calle, con varias familias aportando lo que se puede. Además, por insólito que parezca, hasta una bodega es óptima para la fiesta, con algunas cadenaets, globos, música y claro, el cake y los refrescos.
Esta es la opción más desesperada pero para un país cuyo índice de ingresos y situación económica atraviesan duros momentos, es lo más común.
No olvidemos que para dibujar una sonrisa en la cara de los niños basta a veces con lo mínimo, y que la felicidad no depende necesariamente de cuántos globos, payasos y juguetes se alquilen. Tal vez los más pequeños de casa ni siquiera den importancia a más o menos lujos en su fiesta.
El problema está en que los padres quieren lo mejor para sus hijos, y aunque lo mejor sea el cariño de la familia reunida, no hay dudas de que muchos quisieran ver a sus hijos en disfrutando en esas piscinas, con los shows y la comida por la que no pueden pagar.
