Foto: Captura de Video
Texto: Hugo León
“Como cambian los tiempos Pánfilo, antes venía una noticia mala con una buena”, lamentaba el carnicero del barrio más famoso de Cuba, el de Vivir del Cuento, que anoche estrenó el capítulo titulado “El cielo se va a caer”.
Es el mismo carnicero que, debido a la escasez de productos que llegan a su establecimiento para vender al pueblo, tiene tiempo incluso para jugar ajedrez con Pánfilo Epifanio. El juego es detenido por Chequera, portador de no tan buenas noticias que solicita urgentemente a su amigo ir a ver lo que sucede en casa.
¿Y cuál es la mala noticia? No me vayas a decir que reordenaron otra vez… No, no, no tiene nada que ver con eso, lo detiene Chequera por el bien de Pánfilo y del programa mismo, que últimamente viene con guiones cargados de picante.
«Yo sé que mi techo está malo pero no para tanto»
Resulta que el gerente que vive en los altos de Pánfilo contrató una brigada de construcción para remodelar su casa, pero el mal estado del techo de Pánfilo hace que estas labores pongan en riesgo su propio hogar y haya que apuntalar la sala con vigas de madera.
Las reestructuraciones que el gerente está haciendo incluyen un jacuzzi “con burbujitas, cervecita fría y todo”, algo bastante lejano para los cubanos de a pie, una parte de los cuales tiene hasta problemas con el abasto de agua.
La solución es arreglar el techo, algo extremadamente costoso en la actualidad como todos los trabajos de albañilería y de construcción en general debido a la escasez de materiales y el alza de precios en los servicios.
Chequera intenta encontrar trabajo para Pánfilo utilizando aplicaciones móviles, pero este último no quiere que Chacón lo sepa y asegura que “mi salario me es suficiente”.
-Así mismo, no es suficiente, replica Chequera
-Me es, dije “me es suficiente”
-Que no dura el mes, vuelve Chequera
-No, ni una semana… se escucha en la sala donde están reunidos los vecinos e interrumpe Leopoldino, una vez más para salvar la situación.
Poco después se hace alusión a las largas colas para comprar los módulos de comida y productos de aseo que se venden en las tiendas estatales por pesos cubanos, donde acontecen episodios de “lucha, boxeo y hasta esgrima”.
Buscando trabajo en La Habana
Isidoro y Pánfilo intentan buscar trabajo visitando negocios privados y centros estatales y en ese empeño descubren que los requerimientos no siempre están relacionados con la preparación de los postulantes sino con su apariencia física, el sexo y la edad. Pánfilo nota entonces que para alguien con sus años y sus condiciones físicas las ofertas son muy limitadas.
Es así que se hace pasar por una mujer más joven y termina siendo contratado por la hermana del propio gerente que vive en los altos de su casa. Quien lo acepta en el trabajo es nada más y nada menos que la estelar Paula Alí, invitada especial del programa.
A todas estas, las vigas que soportan el techo de Pánfilo duran poco en la casa pues Chequera va vendiendo cada una de ellas a Chacón, con tal de ayudar a su amigo con el dinero.
De tanta viga extraída el techo termina por derrumbarse con todo y los albañiles que estaban trabajando (bebiendo en la bañadera) en el piso de arriba.
“Yo lo dije,que esto un día se iba a caer…” señala Chacón ya casi al finalizar el programa, justo antes de que se descubriera que la “mujer” que iba a trabajarle al gerente era nada más y nada menos que el propio Pánfilo.
