Texto: Hugo León
En un lapso de poco más de cuatro horas el oriente cubano registró 255 temblores con magnitudes de entre 0,4 y 3,2 grados en la escala de Richter, ante lo cual el Servicio Sismológico Nacional de Cuba declaró que se trataba de una situación sísmica “anómala”.
Los temblores se reportaron en la madrugada del 26 de julio entre la 1:52 am y las 6:00 am hora local, a unos 26 kilómetros al sur del municipio Moa, localizado entre Holguín y Guantánamo.
De acuerdo con el parte diario del Servicio Sismológico los temblores no fueron perceptibles, aunque además de esos mencionados que tuvieron lugar en la zona de Moa-Purial, en ese período de tiempo se registraron cinco eventos sismológicos de mayor intensidad en otras localizaciones del territorio nacional.
En lo que va de año se han registrado siete sismos perceptibles en Cuba, el último de estos el pasado 6 de junio.
El epicentro de ese temblor estuvo en Guantánamo, y se sintió también en municipios de Santiago de Cuba. Entretanto, en La Habana varias personas aseguraron haberlo sentido en edificios altos, aunque esto no fue confirmado por fuentes oficiales.
Durante todo el 2022 la Mayor de las Antillas registró 13 sismos perceptibles, casi todos en las provincias del oriente del país.
La isla está localizada en una región geográfica donde confluyen más de una falla tectónica que históricamente han provocado terremotos de gran magnitud. La mayor parte de la actividad sísmica en Cuba tiene lugar precisamente en el oriente del archipiélago, relacionada con una falla tectónica situada en el límite de la placa de América del Norte y otra del Caribe insular.
Algunos estudios señalan que en la isla ya han habido terremotos por encima de los siete grados en la escala de Richter, en los siglos XVIII y XIX, y que hay una alta probabilidad de que la falla de Oriente genere otro sismo superior a esta magnitud en el futuro próximo.
