Foto: Ángel Ramis | Facebook
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Era cuestión de verlo entrar en escena con el uniforme de policía, su peculiar forma de caminar y su bocadillo introductorio: “Aquí Pantera, el que me mira se altera”, para que en los hogares cubanos de la primera década de los 2000 se sintieran las carcajadas.
Fue en el espacio televisivo ¿Jura decir la verdad? donde Ángel Ramis perdió su nombre y comenzó a ser conocido en Cuba como el Cabo Pantera, pero en realidad este tunero de pura cepa había comenzado en el humor varios años antes, prácticamente desde que los repentistas de su familia le enseñaban décimas cómicas durante las celebraciones en casa.
Monólogos como El Feo y El Velorio, con los cuales conquistó numerosos lauros en los eventos Aquelarre de los años 90, le valieron para conocer a humoristas ya establecidos y entrar por la puerta ancha de los medios nacionales, en los que tuvo breves incursiones en espacios como Y tú, ¿de qué te ríes?
Desde que hizo su primera aparición en ¿Jura decir la verdad? para encarnar el personaje de un policía en constante antagonismo con Chivichana, Ramis demostró sus dotes actorales y su innegable vis cómica.
“Creo que Pantera siempre he sido yo, pues cuando se me propuso el personaje fue solo incorporarle el vestuario y la rima que llevaba —ha confesado el actor—. La respuesta del público fue muy buena, mejor de lo que imaginaba, pues pegó en cuanto salió y me sentí muy feliz con eso”.
Fue tan exitoso el personaje que el Cabo Pantera trascendió el programa y hoy forma parte indisoluble de todos los espectáculos del tunero.
Tal es el caso del programa El último para reírse, que la televisión cubana estrenó este verano y que ha sido duramente criticado por los expertos, que lo ven como un mal remake de antecesores como Pateando la lata o A otro con ese cuento. Si algo ha sido alabado del proyecto es, precisamente, la atinada participación de Ángel Ramis.
Aunque no ha alcanzado el mismo éxito del Cabo Pantera, su dúo con Julio César Rodríguez, alias El Habanero, ha marcado otro punto de inflexión en su carrera y ha llegado a convertirse en una entrañable amistad.
Sobre El Habanero, Ramis ha declarado en sucesivas ocasiones que, si tuviera que resumir esa “juntamenta” con una palabra, sería hermandad: “Trabajar con él es lo mejor que me ha pasado en la vida debido a la buena comunicación que tenemos y en el proyecto que sea todo fluye muy fácil”, ha confesado.
Más allá de sus dotes artísticas y de la habilidad con que explota su físico en función del espectáculo, Ángel Ramis es reconocido por todos sus amigos y compañeros de trabajo como una excelente persona, padre de tres hijos que lo enorgullecen y que son sus más fervientes críticos.
Actualmente se mantiene vinculado a proyectos en dúo, grupos ocasionales y en solitario, formatos que le resultan cómodos y que le permiten adecuarse a los más variados contextos: celebraciones privadas, centros nocturnos particulares y estatales, carnavales, teatros y programas de televisión, este último el escenario en que mejor se siente.
De igual forma emplea las redes sociales como una vía de generar ingresos al convertirse en un promotor natural, lo mismo de negocios bien afianzados que de emprendimientos que recién comienzan, así como de la agencia MultiCuba, a cuyo team se sumó para divulgar las posibilidades que brinda esta plataforma.
Por Panamá pudo vérsele hace apenas unos días, junto a El Habanero, donde fue aclamado por la comunidad de cubanos residentes en el país istmeño y ratificó por enésima vez lo que ya tenía como principio de vida: “El humor es mi entrante, mi plato fuerte y mi postre, el trabajo que siempre quisiera tener”.
