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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El carnaval de Brasil hizo que la trigésimo segunda edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) no pudiera abrir sus puertas en la fecha prevista del 8 al 18 de febrero de 2024, comunicó el Instituto Cubano del Libro (ICL).
De acuerdo a los organizadores locales de la mayor fiesta del libro de la isla, el hecho sucede a solicitud del Ministerio de Cultura de la República Federativa de Brasil, País Invitado de Honor al evento.
Por coincidencia entre la prevista cita cubana y la mayor fiesta popular del país sudamericano, algunos artistas y funcionarios de la nación Invitada de Honor que viajarán a Cuba como parte de la delegación cultural, están vinculados al carnaval.
El Comité Organizador de la XXXII anunció a propósito que se desarrollará en la acostumbrada sede habanera de La Cabaña, al este de la ciudad, pero del 15 al 25 de febrero.
El cambio de fechas para el comienzo del evento literario ocasionará el retraso en una semana de las ferias territoriales, de tal manera que deberán finalizar el domingo 24 de marzo en la oriental ciudad de Santiago de Cuba.
Con la temática “Leer es construir identidad”, la venidera edición de la FILH estará dedicada a Isabel Monal Rodríguez, investigadora e intelectual, y a Francisco López Sacha, escritor y profesor.
El ICL aseveró que entre los objetivos de la cita ferial están el promover la lectura para la formación de la conciencia individual y colectiva, y la búsqueda del pensamiento crítico.
La Feria Internacional del Libro en Cuba tiene su más lejano antecedente en la primera muestra celebrada con respaldo estatal entre los días 20 y 27 de mayo de 1937. Tuvo lugar en la explanada de La Punta, el Malecón y el Paseo de Martí, más conocido como el Paseo del Prado, en los terrenos que por entonces ocupaba la Cárcel de La Habana, según los historiadores.
En ella participaron las principales librerías habaneras de la época: Minerva, La Moderna Poesía, Martí, Económica, P. Fernández, Labraña, La Casa Belga, La Divulgación Literaria, Sudamericana y Escuela Nueva, respondiendo al llamado de Emilio Roig de Leuchsenring y José Luciano Franco, quienes por aquella época desarrollaban una destacada labor de promoción cultural comunitaria con la colaboración de otros intelectuales cubanos.
También estuvieron presentes, con stands propios, la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, la Colonia Hebrea, la Revista Carteles, la Editorial Trópico y la Oficina del Historiador de La Habana.
