Foto: tycsports.com
Texto: Manolo Vázquez
La ciudad costera ubicada al noroeste de Portugal, Oporto, albergó en su Estadio do Dragão a 12 000 aficionados ingleses, que fueron testigos de una final inédita de la UEFA Champions League entre el Manchester City y el Chelsea, elencos que se repartieron 6 000 entradas por bando para apoyar a sus escuadras desde las gradas, después de más de 12 meses sin que el público pudiera acceder de manera presencial a la competición más importante de fútbol a nivel de clubes del Viejo Continente.
Sobre la cancha se esperaba a un City dominante de balón y al Chelsea mucho más enfocado en las contras. Y esa estadística se cumplió en el primer período, pero fue lo único positivo de los dirigidos por Josep Guardiola, que ostentaron una posesión del 65 por ciento durante los primeros 45 minutos, pero no generaron nada de peligro.
En cambio, los dueños de Stamford Bridge fueron más efectivos en cada llegada. Sus tres delanteros se alternaron las funciones y cuando el reloj atravesaba el minuto 42, Mason Mount se gastó un pase delicioso y consiguió habilitar a Kai Havertz, de excelente desmarque entre los centrales y mejor regate ante el arquero rival, para que con justicia la escuadra londinense marcara el gol de la diferencia que a la postre se convertiría en la anotación del título.
En la segunda mitad los Sky Blues no pudieron destrabarlo con fútbol y lo intentaron con actitud. Las arremetidas fueron constantes, pero no remataron sobre el arco rival. De esta manera el duelo entre dos mánager apasionados por la táctica lo dominó a plenitud el alemán Thomas Tuchel, a quien el poderoso Bayern de Múnich le había negado el festejo en la final de la temporada precedente.
Un solitario gol de Kai Havertz bastó para el triunfo del club londinensel Foto: mundodeportivo.com
Un punto y aparte para N’Golo Kanté, quien en la noche de hoy se convirtió en el héroe del eje de la cancha. El mediocampista francés fue la estrella tanto en los dos duelos semifinales como en el partido definitivo de esta noche. Sin su ida y vuelta, y sus apariciones en todos los sectores, tanto defensivos como en ataque, no se hubiera completado el partido perfecto que pudimos admirar de los campeones.
Lo cierto es que el sueño hecho realidad de jugar la primera final de Champions para los Citizens se convirtió en la pesadilla que derivó en la segunda orejona para el Chelsea, ganador también en la 57a edición celebrada en 2012 ante el Bayern de Múnich en la tanda de penaltis.
Así queda el palmarés de la escuadra londinense tras su nueva victoria: Dos Champions League, dos Europa League, seis Premier League, tres Community Shields, ocho FA Cup, cinco EFL Cup, una Supercopa de Europa, dos Championship (Segunda División) y dos Recopas de Europa.
