Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Jorge Luis Borges
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) han revelado una tabla con las dinámicas comparadas de la producción física de leche fresca en dos periodos: el ‘periodo especial’ o crisis de los años 90 y la actual crisis, cuyo inicio se marca en 2017, de acuerdo con la entidad gubernamental.
Y no tan sorpresivo resultó que en la Cuba de hoy se produzca menos leche que en el duro periodo especial, así lo expuso el economista Pedro Monreal:
“Antes de que sigan con el asunto de las ‘situaciones’ con la leche (‘bloqueo’, el clima, el PMA, etc.) tomen nota, si no es mucho pedir, de la dinámica comparada de la producción de leche en el ‘periodo especial’ y en la crisis agropecuaria actual. ¿Adivinen cuál es peor?”, compartió en X.
El ONEI, en este sentido, toma como punto de partida a los “año pico” de cada serie anual. Para el “periodo especial”, fue 1992. Se define como “año pico” como el año previo a un periodo de dos años consecutivos de decrecimientos anuales.
Según el gráfico compartido por el economista cubano, se muestra la línea evolutiva por cada período. De hecho, entre 1992-1997 la tendencia negativa se revirtió en apenas tres años, y superó la producción lechera previa al hundimiento, pero en la crisis actual del gobierno de Díaz-Canel (2017-2022), el decrecimiento ha sido una tendencia imparable.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual realizó un estudio en 2017, Cuba debía disponer de aproximadamente 1,600 millones de litros de leche al año, o su equivalente en otros lácteos. Esta era la única manera de cumplir con los estándares de consumo de leche de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Años después, en 2022, Periodismo de Barrio publicó un reportaje sobre el comportamiento de este indicador para el 2020, concluyendo que la producción de leche en el país había alcanzado el tercer nivel más bajo desde 1990, con solo 455,300 toneladas.
Este artículo señalaba que de los más de un millón de toneladas de leche que el país producía en 1990 (con producción estatal y no estatal), en 2020 apenas se alcanzaba el medio millón.
Y es que, si cierto la crisis económica de los 90 ocasionó una drástica reducción de la masa ganadera y de la productividad por vaca, la descapitalización de la actividad pecuaria, así como el deterioro de la infraestructura, el sistema de transporte y los equipos tecnológicos empleados en la industria láctea, la Isla no ha podido salir del todo de ese panorama.
Mientras tanto el gobierno no hace más que justificar la actual escasez de leche, con argumentos que no se sostienen por la ausencia de una política económica realista.
Betsy Díaz Rodríguez, ministra de Comercio Interior, dijo en febrero: “El potencial ganadero del país no garantiza el suministro de leche… Hemos conversado con las Mipymes para que incorporen la leche a la canasta, pero hay que pagarla al costo que ellos han establecido”. Por eso no le ha quedado más remedio que pedir ayuda al PMA.
