Norka, la modelo que desfiló para Dior y hoy es un “fantasma” en Cuba

Fotos: Korda

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

Norka fue una cotizada modelo en las pasarelas cubanas, desfiló para el imperio de la moda Christian Dior, fue portada de importantes revistas, su fama alcanzó lustre internacional, y sin embargo hoy, a sus 75 años, resume su vida actual de forma tajante desde su casa en el municipio Cotorro: “No estoy olvidada, soy un fantasma”.

La declaración es un mazazo.  Se la hace al periodista Julio Acanda, esta mujer que a su edad todavía puede ser portada de versiones más criollas de “lo fashion” como la revista Vistar o modelo para fotógrafos de universidades estadounidenses.

Quien fuera bautizada como Natalia Méndez, tiene hoy 75 años y dedica su rutina diaria al cuidado de plantas y perros rescatados. “Cuando yo conocí a Korda estaba modelando desde muy niña con un diseñador español aquí en El Vedado. Nadie sabía que era modelo, mi papá no quería que yo fuera artista, pero como eso era una cosa cerrada, y lo único que hacía este diseñador era ropa de gran vestir, de coctel, me empezó a enseñar y me quedé trabajando ahí con él”, confesaba Norka en una entrevista anterior.

Su relación con Alberto Korda es uno de los momentos de su vida personal y profesional que las personas recuerdan, pero lo cierto es que esta relación fue solo un fragmento de la gran vida en pasarelas de esta cubana que llegó a desfilar para Dior y se convirtió en la modelo cubana más reconocida a través de los años.

Su nombre artístico, el cual muchos le vieron una perfecta concordancia con el de Korda, surgió como aparecen las coincidencias más sublimes de la historia. Ante la presión por un cambio de nombre más “chic” o acorde con el gran futuro que sus allegados le deparaban, Natalia comenzó a jugar con el apellido del jefe de su hermana, Felipe Knop, y de ahí salió Norka.

Se acostumbró a romper estereotipos, a luchar contra los prejuicios por la moda. Primero por la prohibición de su padre para que ejerciera esta carrera y luego con los deseos de Korda para que no saliera del país.

 “Yo fui la primera persona que viajó por su cuenta después del triunfo de la Revolución. Alberto hizo todo para que no saliera de Cuba, pero yo siempre he tenido mucha suerte y al final venzo. Y cuando vi que no había barcos ni aviones que me sacaran, fui a ver al Ministro de Transporte. Me dijo que Alberto había pedido a todo el mundo que no me dejaran salir de Cuba, y al salir caminando de ahí me llamó un amigo del ICAIC que había pasado mucho tiempo en Alemania, y me dijo: «en el barco en que yo vine tú te vas mañana por Matanzas»”.

Y ese barco y unos duros y fríos días en Alemania catapultaron a esta exuberante mujer a la pasarela francesa, donde dejó una impronta y la certeza de que Cuba también puede ser un país de modelos.

Esta historia es solo un fragmento sobre el que se construye la sólida y accidentada biografía de esta modelo cubana, que quizá ahora pueda regresar del olvido y la soledad que la ha cubierto y que no merece esta mujer que brilló en las pasarelas y marcó notables pautas en su tiempo.