Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
En Cuba todo el mundo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena y el que no tiene de congo, tiene de carabalí: así pudiera resumirse el alto grado de religiosidad de un pueblo signado desde sus orígenes por la mezcla y la transculturación.
Deslumbrado por las manifestaciones de fervor religioso, abundantes en Cuba desde el inicio de la trata negrera, el sabio don Fernando Ortiz describió los muy diversos modos en que se manifiestan las creencias en la isla y estudiosos posteriores como Natalia Bolívar dan fe de cuánto han influido las concepciones religiosas en el carácter del cubano.
Investigaciones publicadas recientemente hablan de una población que se declara en su inmensa mayoría creyente y de las dos religiones con más adeptos: el cristianismo y el sincretismo. No obstante lo que puedan revelar los censos y las encuestas, resulta innegable el aporte de la fe a la cultura popular de la nación, que comenzó a moldearse desde que los conquistadores españoles trasplantaron a los primeros africanos.
Originarios de Nigeria, Benin y Togo, los yorubas se encontraban entre las numerosas etnias introducidas en Cuba. Los esclavos continuaron celebrando sus rituales gracias a la tolerancia y al desconocimiento de los colonizadores. En espacios tan reducidos como el barracón, los disímiles credos se unificaron e, incluso, encontraron el refugio perfecto para sus deidades a la sombra del santoral católico.
De esta mezcla surgió la santería, producto genuinamente cubano, fruto de la fusión de liturgias y concepciones místicas africanas e hispánicas, que desde el propio nombre, derivado de la denominación católica de santo, evidencia las profundas raíces del sincretismo.
Con sus cabildos y fiestas patronales, procesiones y lugares de culto, la tradición afrocubana se mantiene vital en toda Cuba gracias a la devoción con que ha sido cultivada por sucesivas generaciones; una verdad como un templo que ratificó Cuba Noticias 360 durante sus pesquisas para conocer cuáles son los santos en que más creen los cubanos.
1. Oshún: Deidad de la belleza, el amor, la prosperidad, el orden y la fertilidad, y representa la gracia femenina. Es la más joven de los orishas, la protectora de los pobres y la madre de los enfermos, así como la reina de los ríos y otras aguas dulces. Se sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. El santuario erigido en el poblado de El Cobre, en Santiago, reúne cada año a miles de devotos que adoran a la virgen bajo cualquiera de sus denominaciones.
2. Shangó: Dueño del rayo, del trueno y del fuego. Se asocia a la danza, especialmente al baile de tambor y se relaciona con Santa Bárbara en el santoral católico, porque esta es la protectora contra los rayos.
3. Yemayá: Madre y la guardiana de todos los seres vivos, la reina del cielo, de la tierra y de las aguas saladas. Este orisha se relaciona con Nuestra Señora de la Regla, por ser la patrona del mar. En el ultramarino poblado de Regla, en la capital cubana, radica la iglesia que se ha convertido en centro de peregrinación y culto por excelencia dedicado a esa deidad.
4. Obatalá: Es el más antiguo de los orishas y creador de los humanos, conocido como el rey de la lógica y de la paz. Promueve el uso de la diplomacia y la razón para resolver las disputas y suele actuar de mediador entre las demás deidades. Obatalá se sincretiza con Nuestra Señora de las Mercedes e, incluso, con Jesús, porque ambos representan la sabiduría y por ser los primogénitos de grandes dioses.
5. Elegguá: También conocido como Esú, Eleda o Elegbara, es el mensajero del destino, es decir, de Orula, puesto que habla todas las lenguas humanas. Es asociado a las entradas, los caminos y, sobre todo, a las encrucijadas, de las cuales es el patrón. Este orisha también representa el nacimiento y la muerte, por lo que se sincretiza con el Santo Niño de Atocha, símbolo de la infancia, y con San Antonio de Padua, símbolo de la vejez.
6. Babalú Ayé: Su nombre significa “el rey que hiere al mundo”. Es el orisha de la enfermedad y está representado como un hombre cubierto de úlceras. Esta deidad también es capaz de curar a los enfermos y suele ser relacionado con San Lázaro, debido a que, en el imaginario católico, este último estaba enfermo de lepra. En Cuba, el sitio para adorar con más fervor a este santo es la iglesia construida en El Rincón, adonde cada año acuden peregrinos de todo el país a pedir salud y cumplir promesas.
7. Orula: Es el orisha de la adivinación. Al igual que Eleguá, conoce los patrones del destino y, por ende, puede ser consultado para descubrir lo que depara el futuro. Es el patrón de la religión Ifá, compuesta por babalaos, sacerdotes a los que se les atribuye la habilidad de la clarividencia. Orula se sincretiza con San Francisco de Asís.
8. Oggún: Es un guerrero que crea herramientas y armas. Por ello es considerado el padre de la tecnología y suele ser asociado a San Pedro, porque este sostiene llaves de metal.
9. Oshosi: Es el orisha de los bosques y de la caza, sus flechas siempre dan en el blanco. Representa la justicia ciega que aplica a todos por igual y se asocia con San Norberto, un santo no muy conocido del catolicismo.
10. Agayú: Padre de Shangó, esta deidad controla los volcanes y es el patrón de los desiertos. Se relaciona con San Cristóbal.