Foto: CNN
Texto: Hugo León
Si de algo no cabe dudas en los ámbitos deportivos es que las Grandes Ligas y el béisbol en general le deben mucho a Cuba. Cada año hay ejemplos de esto y en 2022, dos nombres cubanos entrarán al Salón de la Fama del béisbol estadounidense.
Los peloteros que ingresarán al selecto grupo son nada más y nada menos que Tony Oliva y Minnie Miñoso, dos estelares que hicieron época y a quienes mucho se le debe en el campo de la pelota.
Oliva, el terror de los pitchers
Tony nació en Consolación del Sur en Pinar del Río, el 20 de julio de 1938, así que tendrá 84 años recién cumplidos al momento de la ceremonia oficial del Salón de la Fama, que tendrá lugar el 24 de julio venidero.
A la defensa se desempeñó como jardinero derecho y como bateador fue un verdadero terror para los lanzadores del momento. Mientras que en Cuba se cancelaba en la década del 60 el béisbol profesional, Oliva firmó contrato con los Twins de Minnesota en 1961, equipo con el que debutó en las mayores y tuvo algunos partidos entre el 62 y el 63. En 1964 se ganó la titularidad y llegó el momento de sorprender a todos.
En ese año fue el Novato del Año de la Liga Americana, al liderarla con promedio de 323 y 32 jonrones. Su carrera no tuvo parangón entre ese año y 1971. Por ocho años consecutivos Oliva fue nombrado al equipo de estrellas de la Liga Americana.
En el 71 una lesión considerable en su rodilla derecha complicó su carrera y desde entonces jugó otras cinco temporadas, pero nunca más al mismo nivel. En varias ocasiones había sido nominado para el Salón de la Fama pero no es sino hasta ahora que se le concede la alegría.
Minnie Miñoso, la puerta a las Grandes Ligas
Tristemente el cubano no podrá ver su nombre inscrito en la celebración del 24 de julio, pues falleció en marzo del 2015. Pero los amantes del deporte de las bolas y los strikes estarán de fiesta ese día a nombre del gran Miñoso.
Saturnino Orestes Armas Miñoso Arrieta -su nombre completo- nació en Perico, Matanzas y primero jugó béisbol profesional como tercera base en Cuba, con el equipo de Marianao y luego en 1946 irrumpió en las Ligas Negras con los New York Cubans.
Con los Cubans estuvo hasta 1948, cuando firmó con los Indians de Cleveland, iniciando así su carrera en las ligas menores. Apenas un año más tarde, en 1949, miñoso debutó en las Ligas Mayores con ese equipo y fue el primer latino negro en las Mayores. Por eso es considerado como el pelotero que abrió las puertas de estas ligas a todos los latinos.
En el 51 el matancero se conviritó en el primer jugador negro de los White Sox y durante varios años fue implacable al bate y en el jardín izquierdo. Entre ese año y 1957 anotó 100 o más carreras en cuatro ocasiones, tuvo más de 100 impulsadas en tres ocasiones, entre otros números destacados y galardones como el Guante de oro en tres ocasiones a lo largo de su tiempo jugando.
Incluso luego de su retiro oficial, en 1980 fue activado para jugar con los White Sox. En ese momento tenía 54 años y bateó de hit en dos juegos. De esta forma, además de su excelente carrera cuando joven, fue el cuarto jugador más viejo en jugar en las mayores y el segundo en lugar en cinco décadas diferentes.
Al funeral de Mr. White Sox, como se le conoció también, asistieron más de mil personas, incluyendo al ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
