Foto: Tomada de El Periódico
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Ecuador posee un nuevo presidente. Después de la segunda vuelta presidencial en la nación Latinoamericana, triunfó Guillermo Lasso-Alfredo Borrero, exbanquero conservador y centroderechista, del movimiento Creando Oportunidades (CREO), ante su contrincante Andrés Aruaz-Carlos Rabascall, de la coalición progresista Unión por la Esperanza.
Lasso resultó ganador en esta, su tercera presentación a la candidatura como máximo dirigente de Ecuador. Ya se había presentado en las campañas de 2013 y 2017, esta vez, se alió con el Partido Social Cristiano, visto como una estrategia para evitar la división de votos.
Con 65 años de edad, Lasso unió a gran parte del anticorreísmo bajo las banderas de la derecha y, de acuerdo a El País, recibirá un Ecuador dividido y en crisis por la pandemia, obteniendo al menos el 52,48% de los apoyos con el 93,74% de la votación escrutada, según el Consejo Nacional Electoral. Mientras que Arauz, de 36 años y pupilo del exmandatario socialista Rafael Correa captaba el 47,52% de sufragios.
El derechista logró revertir el traspié que sufrió en la primera vuelta con Xavier Hervas, de Izquierda Democrática, y el partido indigenista Pachakutik, liderado por Yaku Pérez (anticorreístas ambos), el cual obtuvo 1,8 millones de votos (apenas 30 000 menos que Lasso), y sus candidatos a la Asamblea ganaron en 13 de las 24 provincias del país.
También sobrepasó a Arauz, quien llegó a la segunda vuelta superándolo, con el 32,16 % de los votos, mientras que él venía con el 20,99 %, y aun así, alcanzó la silla presidencial del Palacio de Carondelet.
El 24 de mayo próximo asumiremos con responsabilidad el desafío de cambiar los destinos de nuestra patria y lograr para todos el Ecuador de oportunidades y de prosperidad que todos anhelamos, dijo Lasso luego del triunfo ante sus partidarios en Guayaquil.
Pero, ¿qué favoreció el triunfo del anticorreísta?
Ante la desventaja que traía de la primera vuelta de comicios, Lasso cambió su estrategia. De acuerdo a medios internacionales, aunque sus promesas de campaña se concentraron, principalmente, en lo económico, el representante de la derecha amplió su mirada luego de ver peligrar su lugar en la segunda vuelta.
Dejó de lado su barrera de formalidad y abrió su campaña a otras esferas de la sociedad y temáticas sociales, como el colectivo LGBTI y la despenalización del aborto por violación (algo que en su rol de opositor en el Gobierno de Moreno había rechazado con una carta explícita).
Se ha presentado, además, como el candidato del cambio, el que acabará con el socialismo en Ecuador. También aprovecha sus habilidades y experiencias como empresario y dice saber cómo generar empleo y retomar la senda productiva del país. Asimismo, su plan de gobierno contempla una bajada de impuestos la cual favorecería el nacimiento de emprendimientos y un ajuste del gasto público para aspirar a un Estado mínimo pero robusto y eficiente, señala El País.
Hay especialistas que adjudican el fracaso de Arauz, al papel de Rafael Correa, exgobernante ecuatoriano radicado en Bélgica con su familia después de concluir su mandato (2007-2017), y quien rompió con Moreno apenas éste se instaló en el poder, con lo que se formó la disputa entre miembros de la izquierda, lo cual entre otras cosas, llevó a la fracción dentro de esta.
Como sea, la victoria de Lasso relega aun más el papel de Correa y sus ideales, como también rompe con el triunfo izquierdista que se estaba dando en Latinoamérica, por el regreso del kirchnerismo en Argentina y el éxito de Luis Arce en Bolivia, que trajo consigo el regreso del expresidente Evo Morales desde el exilio en Buenos Aires. Resta por ver, entonces, cuál será el estado de las relaciones entre Cuba y Ecuador a partir de ahora.
