Foto: Jorge Luis Borges
Texto: Hugo León
El Festival de Cine Francés, el mayor evento cinematográfico galo que se realiza fuera de ese país, regresa a La Habana desde hoy, tras dos años fuera de cartelera a causa de las medidas tomadas por Cuba para enfrentar la Covid-19, que incluyó el cierre de salas de cine y teatro.
Sobre la presente edición, la número 23, el Señor Patrice Paoli, embajador de Francia en Cuba, señaló que es un placer aportar a la capital caribeña una muestra significativa del acontecer cinematográfico de su país.
El diplomático recordó que el Festival es reconocido como uno de los más destacados fuera de Europa.
Paoli aseguró que esta edición fue organizada con especial atención dado el interés de que el público cubano mantenga la fidelidad con el séptimo arte francés. En ella participará una prestigiosa delegación de artistas franceses que asistirá a las presentaciones de las películas, destacó una nota de prensa de los organizadores del festival.
De acuerdo con el embajador, es una oportunidad única para apreciar de cerca a artistas y realizadores franceses quienes también sienten admiración y cordialidad por Cuba.
Los fundadores y organizadores de la muestra, Nouredine Essadi y Christophe Barratier, aseguraron sentirse felices por el regreso de su Festival de Cine a las grandes pantallas de Cuba tras la pandemia.
En esta ocasión se presentarán más de 20 largometrajes, ficciones, documentales y filmes de animación, muestra de la riqueza y diversidad de la cinematografía francesa.
Además, la cita servirá para reconocer al importante director griego Costa-Gavras, nacionalizado francés, cuyas cintas, de acuerdo con Essadi y Barratier, son manifiestos en contra de la intolerancia, la represión y la falta de libertades, sin importar el motivo ni el lugar.
Los directivos de la Alianza Francesa en Cuba, otra de las instituciones organizadoras del evento, también mostraron su beneplácito con el regreso de la muestra de cine.
Marc Sagaert, director general de la Alianza cree que es una apuesta segura a la expansión de esa lengua y a la antigua y sólida relación cultural entre ambos países.
Además, coincide con la sede diplomática de París en La Habana en que el encuentro se ha consolidado como otro de los impulsos de la nación europea en el ámbito cultural cubano.
