Foto: Otto Ortiz | Facebook
Texto: Hugo León
Con el paso de los años comprar un cartón de huevos en Cuba se ha convertido en una tarea no sólo titánica sino también prácticamente imposible. Para los precios que tiene ese producto, ya mejor declararlo ilegal, se han mofado muchos cubanos, y esta vez le tocó el turno al famoso humorista Otto Ortiz, que dedicó unas palabras a los precios.
Otto Ortiz se refirió a la inflación desmedida que sufren los cubanos y que con el paso del tiempo se hace cada vez más insoportable, al punto de que algo tan básico como un cartón de huevos sea impagable con el salario medio de la isla.
Como lo escuchan, tres mil 500 pesos un cartón de huevos, y más también cuesta en La Habana y en otras ciudades del país, y sobre eso satirizó el comediante.
“Me costó un huevo”, dijo sosteniendo uno en su mano.
Para Ortiz, la inflación incluso va a terminar cambiando hasta el refranero popular, además del obvio impacto que ya tiene en la economía familiar.
En medio del video, Otto Ortiz señala jocosamente que “este huevo hoy en día vale mucho más que el mío”, una frase que definitivamente quedará para la historia, pues el precio del huevo de todos modos seguirá subiendo.
Durante el video el comediante también mostró los precios que ha tenido el alimento en diferentes épocas, desde menos de 10 centavos, hasta cinco pesos, luego 50 y ahora el costo actual, de tres mil 500 pesos el cartón.
Las denuncias del precio de la comida son frecuentes en los medios no estatales de la isla, en los cuales se enfatiza en el hecho de que el poder adquisitivo del salario cubano es prácticamente nulo.
Una persona que gane cinco mil pesos, mucho más que el salario promedio de la isla, podría comprarse un cartón de huevos, algunas libras de arroz y hasta ahí alcanzó el dinero que ganó en el mes. La pregunta que muchos se hacen entonces es “cómo hacen los cubanos para poner comida en la mesa”, y la respuesta, aunque dura, es que no siempre hay comida en la mesa familiar.
El huevo, antes considerado un “salvavidas”, se ha convertido en un alimento casi tan difícil de comprar como la carne de res o de cerdo.
