Foto: Shutterstock
Texto: Hugo León
El incendio que arrasa Hawaii es ya el más mortífero del último siglo en Estados Unidos y tal es la desesperación que para salvarse del fuego algunas familias incluso han huido al océano y han permanecido en el agua durante horas.
Las llamas han causado hasta el momento 93 muertos y según el gobernador del territorio, Josh Green, el número de víctimas mortales podría seguir aumentando. Por otro lado las pérdidas materiales son de unos seis mil millones de dólares.
La ciudad hawaiana de Lahaina quedó completamente destruida por los incendios y en Maui cerca de dos mil 200 construcciones han corrido ese mismo destino hasta ahora. En consecuencia el gobierno estadounidense autorizó un apoyo de emergencia tras la devastación.
Imágenes satelitales tomadas antes y después de los incendios permiten ver que donde se extendían grandes paisajes verdes ahora existen sólo zonas grises.
Según las autoridades de Hawaii todavía no se sabe cuántas personas están desaparecidas. Otros han corrido con mayor suerte pues han salvado su vida, pero han perdido todas o casi todas sus posesiones.
En el caso de Lahaina, muchos de los edificios del casco antiguo están hechos de madera, legados de cuando el pueblo era un puerto ballenero. Propbablemente esto haya facilitado la propagación del fuego, según declararon varias fuentes locales a la BBC y a otros medios en el lugar.
¿Por qué han sido tan difíciles de controlar los incendios en Hawaii?
El viento ha sido un factor determinante para la intensidad de los incendios forestales en Hawaii.
A cientos de kilómetros al sur de la isla se agita el huracán Dora, y al norte de Hawaii está presente actualmente un sistema de altas presiones. La conjunción de estos elementos ha creado ráfagas de hasta 80 millas por hora que han impulsado las llamas hacia adelante y las ha vuelto más erráticas.
La dinámica social también hace que estos incendios sean más peligrosos, apuntó la Organización de Gestión de Incendios Forestales de Hawaii.
Prácticamente todas las comunidades de la isla están en una interfaz urbano-forestal, pues las urbanizaciones son adyacentes a zonas forestales o están rodeadas por estas. Esto genera más fuentes de posibles incendios por los fuegos de campamentos, fuegos artificiales, etc, y además pone a las personas más cerca de incendios de rápido avance, según la mencionada entidad.