Foto: Jorge Luis Borges
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
No es un renglón económico muy mediático, ni genera encarnizadas polémicas por sus decepcionantes resultados, como la industria azucarera o la pesca; apenas se tiene en cuenta, pero el sector forestal de Cuba ha venido experimentando un despegue silencioso y paulatino.
Parecía una utopía hace apenas unos años, cuando la deforestación hizo de las suyas, pero actualmente la isla está a punto de alcanzar una meta significativa: lograr que el 33 por ciento del territorio nacional esté cubierto de bosques.
De acuerdo con declaraciones del Dr. C. Arnaldo Fabián Álvarez Brito, investigador titular del Instituto de Investigaciones Agroforestales del Ministerio de la Agricultura, el sector forestal de Cuba cuenta con 4 millones de hectáreas y es el sector que mayor cantidad de tierra maneja dentro de la actividad económica cubana.
De esos 4 millones de hectáreas, 3 millones son bosques naturales, medio millón de hectáreas son bosques artificiales y apenas quedan por plantar unas 220 000 hectáreas para conseguir la anhelada meta, que hace apenas unos años lucía imposible de alcanzar.
Único sumidero de carbono con que cuenta el país, los bosques cubanos desempeñan un rol crucial, no siempre conocido, en la erradicación de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, según el referido experto.
“La actividad forestal es de tal magnitud, que su impacto como sumidero compensa el 61 por ciento de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, lo que significa que quedan compensadas todas las emisiones del sector agrícola, del sector pecuario, del sector uso y cambio de uso de las tierras, del sector industrial y del sector de desechos y parte de las emisiones del sector de energía. Esto es una fortaleza en el plano internacional para Cuba, porque no es frecuente que los bosques jueguen este papel”.
Tres tipos de bosques son los mayoritarios en la isla: el semideciduo tropical, el húmedo tropical y los llamados pinares, estos últimos particularmente notables en el norte de la región oriental del país, según la bibliografía de Botánica más actualizada.
Además de su función para la purificación del aire, el mantenimiento de la biodiversidad y para la producción de madera, los bosques cubanos constituyen enclaves de interés turístico, sobre todo para el segmento de los amantes de la naturaleza y el senderismo.
De ahí que varias zonas boscosas figuren en el itinerario de miles de visitantes extranjeros todos los años, entre ellas, el Parque Nacional Guanayara, en Topes de Collantes; el Bosque de La Habana, también conocido como el Parque Metropolitano; el Parque Majayara, en las inmediaciones de Baracoa, y los mundialmente famosos Pinares de Mayarí, en Holguín.
