Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El pasado 5 de marzo, Disney estrenó “Raya y el último dragón”, un nuevo ejemplo de la apertura de la compañía a otras orientaciones sexuales que van más allá de la “herteronormatividad”, y con el que se cree, aparece la primera princesa queer de ese mundo audiovisual.
Así lo considera Kelly Marie Tran, la actriz que da voz a Raya, y quien apoya los debates que se generaron desde el lanzamiento de la película estadounidense.
En redes sociales y distintos blogs cinematográficos los usuarios se han expresado a favor de lo que creen, representa la nueva princesa, diferente al canon de las ya creadas por Disney, y señalan el acercamiento que hace la productora a la comunidad LGBTI+, siendo la primera vez que sucede en una de sus aventuras animadas de gran presupuesto y vocación de taquillazo (que no lo fue tanto).
Según Kelly Marie Tran, desde el primer minuto vio en el personaje y su relación con Namaari, otra guerrera de Kumandra (y a quien pone voz Gemma Chan), una conexión que iba más allá de la amistad.
De acuerdo a una entrevista que sostuvo con Vanity Fair, y en la que respondió sobre una supuesta relación romantica entre ambas protagonistas, contestó: “Estoy obsesionada con Namaari y estoy obsesionada con Gemma Chan, así que estoy muy emocionada de que lo hayas mencionado, creo que si eres una persona que está viendo esta película y ves esa representación de una manera que te parece real y auténtica, entonces es real y auténtica. Creo que podría meterme en problemas por decir esto, pero me da igual”.
Por su parte, en el portal The Mary Sue, se refieren a la química entre Raya y Naamari, como que lo “queer” de ambas, “no está solo en las cosas superficiales como el hecho de que ninguna de los dos exprese interés en los hombres o de que el corte de pelo y los tríceps de Namaari son la materia del clásico estilo ´butch´”.
En el sitio indican que el “verdadero atractivo aquí es lo compleja e interesante que es su relación. La dinámica entre Raya y Namaari es clave para toda la película”.
La audiencia ha señalado lo imposible de no descubrir en la película “el flirteo cada vez que ellas se encuentran, los sentimientos que nacen cuando sus posturas enfrentadas empiezan a acercarse, la sensación palpable de que ambas quieren caminar hacia la misma dirección y comparten las mismas pasiones y deseos”.
Hasta de tensión sexual hablan, como un subtexto que va de lo sutil a lo evidente, pero que no queda de forma explícita nunca en la historia.
La realidad es que, a parte de todas estas suposiciones sobre la protagonista de “Raya y el último dragón”, la película después de su estreno simultáneo en las grandes pantallas y Disney+, obtuvo resultados de taquilla decepcionantes.
Según Box Office Mojo, se estrenó en 2045 pantallas en Estados Unidos, y sólo recaudó 8,6 millones de dólares; en mercados internacionales sumó un total de 26 millones, pero en China, no respondió como se esperaba, con 8,4 millones. Se cree, esto puede ser debido a la pandemia y que aún en muchos países no se instaura la normalidad.
Otros guiños a la comunidad LGBTI+ en Disney
En otras ocasiones Disney ha dejado ver una representación LGBTI+ en sus materiales, pero es algo con poco tiempo, que se ha hecho de manera un tanto marginal, nunca había sucedido con protagonistas. De hecho, hay escenas o menciones en algunas películas, casi imposibles de detectar, pero son los actores quienes después definen como queer o bisexuales a sus personajes.
Como una falta de valor por parte de los costosos largometrajes de Disney, consideran algunos el que no se ponga al frente de sus historias a personas que sean abiertamente LGBTI+, parece ser que en streaming, los pasos son más grandes.
Por ejemplo, Luz Noceda de “Casa Búho” se convirtió el año pasado en la primera protagonista bisexual de una producción de Disney. También se incorporó al catálogo de Disney+, pero a través del canal Star, la serie “Con amor, Víctor”, un spin-off de la película “Con amor, Simon”, y donde seguimos la vida de un adolescente que está descubriendo su orientación sexual.
