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Ricardo Zúñiga asume liderazgo temporal hacia Latinoamérica en el Departamento de Estado

Foto: REUTERS/ Luis Echeverria

Texto: Mónica Fernández

Ricardo Zúñiga, uno de los diplomáticos de la administración Obama más cercanos al tema Cuba, tomará las riendas del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. Lo hará de forma interina, supuestamente hasta que el funcionario nominado por el presidente Joe Biden, Brian Nichols, reciba la confirmación del Senado.

La noticia la anunció la saliente subsecretaria interina, Julie Chung, quien se ha desempeñado en el cargo desde que sustituyera a Michael Kozak tras dar inicio la administración Biden.

Ricardo Zúñiga, en el Departamento de Estado, y Ben Rhodes, desde el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, fueron los arquitectos del deshielo con Cuba. Ambos se retiraron del servicio público durante la administración Trump, tiempo durante el cual Zúñiga fue director interino del Instituto de Brasil y miembro diplomático senior del Programa de América Latina del Woodrow Wilson Center.

Desde marzo de 2021, Ricardo Zúñiga tiene el rol de Enviado Especial para el Triángulo del Norte, una posición creada para lidiar con los países (El Salvador, Guatemala y Honduras) que emiten la mayor parte de migrantes irregulares de la región hacia los Estados Unidos. De origen hondureño y con una trayectoria vinculada a temas centroamericanos, Zúñiga tiene el perfil ideal para liderar la creación de una ambiciosa estrategia para la región. Un presupuesto de cuatro mil millones de dólares y fuertes declaraciones de la vicepresidenta Harris contra la corrupción en Centroamérica dan buena cuenta de la prioridad que la administración Biden concedió a la oficina que lideraba Zúñiga. Pero quizás en los últimos meses se han desarrollado algunos cambios, que posiblemente han llevado a hacer las cosas de forma más pausada. Especialmente luego de que, durante su visita oficial a El Salvador, el presidente Nayib Bukele no recibiera a Zúñiga. Este desplante fue la reacción de Bukele ante el mismo trato durante su viaje a los Estados Unidos en febrero.

La movida de Zúñiga como subsecretario interino del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental, aunque vista como una señal de un posible acercamiento con Cuba, posiblemente tenga tintes mucho más prácticos. Su predecesora, Julie Chung, fue nominada a mediados de julio por el presidente Joe Biden como embajadora ante Sri Lanka. Aunque queda pendiente su confirmación, tiene sentido que se le reemplace en el cargo, ya que era una posición interina. Y Brian Nichols, el nominado por Biden para asumir de forma oficial el rol, continúa desempeñándose como embajador ante Zimbawe, dado que el Senado aún no le confirma.

Zúñiga, desde el puesto de subsecretario interino podrá continuar trabajando en su misión original respecto a Centroamérica, y “cuidará la plaza” hasta que la ocupe el candidato oficial. Por supuesto que su designación evidencia la confianza de la administración en él. Quizás por su experiencia con Cuba, pero posiblemente más aún por su larga y reconocida trayectoria diplomática en la región. El Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental no cuenta con demasiados miembros senior –como es el caso de Zúñiga -en esos momentos, con disponibilidad de ser transferidos a roles temporales.

Pero si nos ponemos especulativos, Ricardo Zúñiga también podría estar siendo un comodín para lograr el fin último: lograr que el Senado confirme a la persona que debe ocupar el cargo de forma permanente.

El senador Marco Rubio no tardó en expresar su desacuerdo con el nuevo rol de Zúñiga. Y el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, senador Robert (Bob) Menéndez, ha dejado clara su condena a la política de deshielo llevada adelante por la administración Obama. Por tanto, tener a Ricardo Zúñiga liderando la oficina del Departamento de Estado a cargo de las relaciones con Latinoamérica y el Caribe, puede ser justo el incentivo correcto de Joe Biden para que el Senado agende y confirme al embajador Brian Nichols. Algo así como “el mal menor”.

Este último, además, es una figura de por sí controversial. No solo sería el primer hombre negro que ocupe el rol de subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental desde Terence Todman a finales de la década de 1970, sino que en su actual rol como embajador se pronunció contra la brutalidad policial en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, algo inusual en un diplomático.

Nichols tiene un largo historial de trabajo en América Latina, donde fue embajador en Perú y jefe de misión adjunto en la Embajada de Estados Unidos en Bogotá. También trabajó en México y El Salvador, así como en la oficina antidroga del Departamento de Estado. Como señala un cable de AP, “… que Estados Unidos tenga a Nichols en el puesto de América Latina enviaría un mensaje de solidaridad a las minorías de la región, donde los descendientes de la trata atlántica de esclavos han estado tradicionalmente poco representados en puestos de poder diplomático”.

Es decir, es un candidato de alto valor para la posición a la que fue nominado. Y ahora los oponentes a Biden en el Senado tendrán que escoger: ¿prefieren a Zúñiga o a Nichols en ese rol?

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