Texto: Raúl del Pino
Fotos: RL Hevia
Justo el día en que el gobierno de Francia decidió declarar el estado de emergencia terrorista en todo el país, al almanaque le faltan solo cuatro meses para que se encienda el pebetero de París 2024, los XXXIII Juegos Olímpicos de la era moderna, a donde Cuba llegará con uno de los pronósticos más reservados del presente siglo.
Mientras las autoridades galas toman todas las precauciones de seguridad necesarias tras el ataque del pasado viernes en una sala de conciertos en Moscú, en que murieron 137 personas, los especialistas y directivos del deporte cubano alistan los detalles de la recta final de la preparación para la magna cita, a la que la isla aspira como máximo a cinco medallas de oro.
Así lo dejó saber el director de Alto Rendimiento del Inder, José Antonio Miranda, a principios de marzo durante el balance anual del organismo rector de la actividad deportiva, en el cual participó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, quien, por su parte, calificó de “conservadoras” las proyecciones de los expertos.
Con ese botín, la delegación caribeña lograría nuevamente la meta de ubicarse entre las 20 primeras, al igual que la justa precedente de Tokio 2020, cuando anclaron en el puesto 14, gracias a siete títulos, pese a asistir con la comitiva más reducida desde 1964. Sin embargo, las previsiones para aquella cita tampoco eran esperanzadoras y Cuba logró superar las expectativas pre competencia debido principalmente a la disertación que brindó el boxeo, que sacó cuatro doradas en igual número de finales.
Para la capital francesa, el Inder está enfocado en la preparación de solo 17 atletas, en quienes reposan las principales posibilidades de subir al podio, de acuerdo con la información que brindó Miranda en su momento. Ese grupo lo encabeza el luchador Mijaín López, quien en el umbral de los 42 años irá en busca de su quinta corona olímpica, y lo completan otros ya laureados bajo los cinco aros como los boxeadores Julio César La Cruz, Arlen López, el también grequista Luis Alberto Orta y la judoca Idalys Ortiz.
En ese quinteto recaen las grandes esperanzas de oro para Cuba, si bien los pronósticos jamás se cumplen en un 100 por ciento. No obstante, tampoco se pueden descartar otras figuras que irrumpirán con ímpetu en el escenario parisino como lo es la piragüista Yarisleidis Cirilo, los púgiles Saidel Horta y Alejandro Claro, los triplistas Lázaro Martínez y Leyanis Pérez, o el veterano pistolero Leuris Pupo, por solo mencionar otro de los señalados con chances de colgarse una presea.
Hasta mediados de marzo la cifra de boletos de Cuba no sobrepasa los 30, aunque en las próximas semanas esa cantidad debe aumentar con la celebración de varios torneos clasificatorios y el otorgamiento de plazas por lugares en los rankings de diferentes disciplinas, entre ellas el atletismo.
En estos consagrados recaen las principales aspiraciones doradas de Cuba en París
Queda por ver, por ejemplo, si la selección masculina de voleibol lograr el añorado cupo en la próxima Liga de Naciones, luego de que se le escapara de las manos el año pasado en el preolímpico con sede en Brasil. Al boxeo también también le queda una última oportunidad de lograr equipo completo masculino de siete púgiles. El cómputo final de clasificados, no obstante, no debe ser mayor que los 69 que viajaron a Tokio.
Pero aun así, salvo una sorpresa mayúscula, los aspirantes de medallas por Cuba ya tienen su pasaporte visado rumbo a París, y solo resta esperar que logren estar a la altura de las previsiones. Lamentablemente, todo apunta a que la actuación antillana en esta nueva aventura bajo los cinco aros no alcanzará a la de hace tres años y el principal motivo podemos encontrarlo en el éxodo masivo de deportistas de primer nivel.
Las salida del país de campeones olímpicos como Andy Cruz (boxeo) y Fernando Dayan Jorge (piragüismo) hasta monarcas mundiales de la talla de Yoenlis Hernández (boxeo) y las discóbolas Denia Caballero y Yaimé Pérez, han matizado el panamora atlético cubano en este último par de años. Y si bien hay conceder el mérito al movimiento deportivo cubano de constantemente hacer emerger a nuevas figuras, cada vez resultan más jóvenes y con menos tiempo de preparación para llegar a la cima de sus especialidades.
Más allá del optimismo del mandatario cubano y su propuesta de “revisar” los pronósticos oficiales del Inder, la realidad apunta a unos Juegos Olímpicos austeros para Cuba. La clave para lograr disfrutarlos, pese a que los resultados no se comparen con los de hace décadas, estará en saber vernos reflejados en el espejo de cada uno de esos deportistas, los mismos que entrenan y viven en peores condiciones que la gran mayoría de sus rivales, pero saldrán siempre a dejar en el alto el nombre de su isla del Caribe.
