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Christopher Simpson, el músico que cambió con la pandemia

Foto: Instagram

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

El violinista y compositor Christopher Simpson presentará este viernes a las 10: 00 p.m. en su canal de YouTube el primer disco con su grupo Elevación. Se trata de un álbum doble que estrenará en varios actos y que nace, dijo, de una necesidad espiritual que se aleja de las formas más comerciales de la música. 

“Es un álbum que tiene un concepto más de banda. Cada uno de los integrantes del grupo se siente parte de este proceso. Yo compuse la mayoría de las canciones, pero todos los músicos tuvieron mucha participación en la creación. Fue un proceso bien complejo porque empezamos a grabar en plena cuarentena. Tuvimos que hacer muchas cosas por WhatsApp  y Telegram. Entre el rock, alternativo, country, la fusión más académica y elementos de la música clásica se mueve el disco. También incorporamos al formato clarinete y saxofón”, dijo el músico.

El joven violinista había debutado en solitario con su disco   Absolution, publicado en 2019.  Su nuevo material, ahora con Elevación, incorpora diferentes perspectivas enfocadas en la reflexión y lo estuvo grabando durante el periodo más grave de la pandemia de coronavirus.    

“Antes tenía intereses más comerciales, algo que fue cambiando al entrar la pandemia.  Me  di cuenta que no quería grabar una música para complacer a la gente, sino hacer canciones que nos gusten a nosotros y si al público les gusta mucho mejor. La necesidad de quedar conmigo mismo me impulso a dar un giro a mi obra. Uno siempre está en crecimiento y en un proceso de búsqueda. Tengo 25 años y mi primer disco lo hice desde mis 17 hasta mis 21, que fue cuando terminé de grabar.

Era otro tiempo, estaba terminando la escuela Amadeo Roldán, en la “pepillancia”, escuchando música más popular como La Charanga Habanera. Quería hacer música que la gente pudiera bailar, disfrutar. Sentirme más liviano. Después percibí que no cuajaba bien haciendo esa música, que  no era el medio en que más cómodo estaba.  No me sentía bien haciendo la música que pegara en el momento.

Las canciones son nuestra forma de expresión sobre lo que está sucediendo en nuestras vidas desde el punto de vista espiritual, social, humano… Todas esas tramas están implícitas dentro de la dramaturgia del disco. Precisamente se llama “En La línea” porque es un viaje hacia la iluminación para llegar a un punto en el que uno pueda aportar al proceso de inclusión del ser humano en esta sociedad que estamos viviendo tan compleja. Se trata para nosotros de no perdernos espiritualmente en ese proceso que a veces deshumaniza un poco. Ese es el argumento conceptual del disco”, explica.

“En La línea” tiene invitados como Ivette Cepeda, Adrián Berazaín, David Blanco, William Roblejo. “Yo colaboro con muchos músicos en diversas áreas. Lo mismo en música popular, rock, trova. Creo que todo eso me ha aportado a mi carrera para enfocarme en el propio estilo que quiero encontrar y mantener”.

No obstante, el músico dice que se encuentra más cómodo dentro del rock, un género que “tenemos que reivindicar”.

“Me interesa el rock. Creo que es necesario reivindicarlo porque ha estado marginado y auto marginado en la escena nacional. Los grupos se quejan de que el rock no camina. Pero yo creo que deben llevar su música a todos lados, aunque les digan que no. Pero  tienen que seguir llevándola. Alguien por cansancio les pondrá la música.

Cuando escuchen el disco comprobarán que hay canciones que no tienen intención comercial. Hacemos homenajes a bandas de los 70 como Kansas, Toto. Tenemos influencias de Chicago en algunos temas. Hay dos canciones en el álbum que no son de mi autoría. Una es “Sublime gracia”, un himno góspel al que le hice una traducción al español y un arreglo al estilo progresivo y “Cuba va”, una forma de homenaje a ese gran clásico. También hay otros temas como “Pasando el tiempo” y “Sin miedo a naufragar”, que marcan transiciones en el disco”, indica.

El violinista lamenta que le ha sido difícil acceder a grandes plataformas de la música, pero que esas limitaciones no interfieren en la dedicación con que asume su obra. 

“Nos cuesta promocionar nuestra música porque estamos alejados de las plataformas digitales y desgraciadamente hay accesos que no tenemos, para poder promocionar bien fuerte el trabajo que hacemos. Nuestra música casi siempre llega a esas plataformas por contactos que hacemos para que la coloquen en las distintas plataformas. Es un poco triste esa situación porque trabajamos muchísimo. La banda no para de trabajar. Intentamos siempre crear materiales con calidad, estar arriba de las cosas, siempre cuidando el detalle. Realmente es muy complejo posicionar un material. Pero no nos puede vencer el cansancio porque de lo contrario dejamos de hacer música y eso no podemos permitírnoslo”.

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