Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Hugo León
¿Team frío o team calor? La pregunta parecía graciosa a Orly, un joven cubano que creía que le gustaba el frío porque en La Habana, a 22 grados de temperatura, vestía pullover y short mientras sus coterráneos se abrigaban. Le gustaba “el invierno”, pero el de Cuba, el de verdad lo descubrió cuando llegó a Madrid y le tocó vivir un bajón de 20 grados en un fin de semana.
“A mí nadie me dijo cómo lucía el verdadero invierno, y yo que pensaba que me gustaba”, dijo a este reportero entre risas y hablando tapado con varias colchas desde su nuevo hogar en Madrid.
“Cuando salí de Cuba había 22°C y el fresquito era agradable, se agradecía después del calor que se mandó el verano, pero en el aeropuerto de Madrid casi me congelo, pues llegué con 2 grados, hace apenas una semana”, comentó.
Orlando asegura que por primera vez en su vida le dolieron la nariz y las orejas. Se bajó del avión con una “enguatadita”, y no le faltaron ganas de meterse en la maleta y regresar por donde mismo vino.
-”¿Pero a ti no te gustaba el frío?
-El frío sí, o eso creía, pero la hipotermia no estaba en planes”, respondió.
En cuanto tenga chance me mudo a Málaga, donde el clima es menos caprichoso, hay playas cerca y ahí las temperaturas también bajan pero no tanto, se parecen más a las de Cuba según me han dicho. Pero antes quiero ver la nieve, explicó.
Mientras conversábamos, el termómetro del Aeropuerto Internacional José Martí descendió hasta los 12° y así se le hizo saber al emigrado, quien respondió con una captura de pantalla: ¡en Madrid había -2!. “Mándame un poco de grados que yo te mando café”, sugirió riendo.
Su caso no es único, el frío es otro de los tantos retos de los cubanos emigrados, acostumbrados al sol y a las temperaturas cálidas del Caribe. Se trata de un reto que pone a prueba su adaptación y sus deseos de seguir adelante, pues con esos mismos dos grados o incluso menos muchos tienen que salir a trabajar a diario durante el invierno.
Como Orlando, quien viajó hace apenas unos días, hay cubanos por todo el mundo. Algunos viven en lugares más calurosos que Cuba pero una buena parte vive en otros mucho más fríos. La estirpe isleña ha llegado hasta el norte de Canadá, a Suecia y hasta Rusia, donde los inviernos son largos y muy exigentes.
Sin embargo, el frío podrá ser un reto pero al parecer no se compara con las colas ni con el resto de las situaciones que vivían en Cuba, porque muchos de esos cubanos que se quejan del invierno regresan a la isla sólo de vacaciones.
O como dijo Orlando, desde Madrid: “no te preocupes que yo me adapto y en par de años esto es otro fresquito”.
¿Podría nevar en Cuba?
