Foto: Escriba y Lea Cuba | Facebook
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Aquellos que vivieron la noche del 5 de diciembre de 1969 la primera emisión en vivo y en blanco y negro del programa Escriba y Lea no imaginaron que este espacio llegaría para quedarse por más de medio siglo.
El Canal 2 de la Televisión Cubana fue el escogido para la transmisión de este espacio, el cual a día de hoy no ha renunciado a esos principios con los que nació: transmitir información, conocimiento y enseñanza sobre la cultura cubana y universal.
La idea surgió gracias al Dr. Humberto Galis Menéndez, quien unos años antes había participado en un programa de corte similar en la radio llamado La bolsa del saber. Junto a Galis, un grupo integrado por Héctor Núñez Rodríguez y Leslie Rodríguez, a quien se unió José Antonio Cepero Brito.
Ese fue el núcleo de Escriba a Lea, junto al cual el Dr. Galis desarrolló la conocida metodología de preguntas que identifica al espacio. Luego de delineada la idea se hacían necesarios dos panelistas más para acompañar a Galis, uno de los cuales debería ser una mujer.
Primero se unió al equipo el Dr. Gustavo Du’Bouchet y luego llegaría la Dra. María Dolores Ortiz, quien según ha contado en algunas ocasiones, en un principio no aceptó la propuesta, pero más tarde reconsideró su respuesta y aceptó unirse al equipo.
La popular intelectual ha dicho también a algunos medios de prensa que en aquella primera transmisión todos se encontraban bastante tensos, principalmente porque la inmediatez de la televisión en vivo no permitía errores y a pesar de su acostumbrado estilo pausado y dulzura.
Después de ese programa de arrancada que terminó sin contratiempos, el propio Cepero Brito propuso que el equipo fuera a comer para rebajar tensiones, un propuesta que se mantendría como tradición por mucho tiempo.
Desde sus inicios el formato del programa apenas ha variado: tres temas en cada transmisión que se intercalan con secciones dedicadas al arte y la literatura. Tampoco variaron durante bastante tiempo los panelistas iniciales.
Ya luego, tras la salida del Dr. Galis se unió al espacio del Dr. Enrique Sosa y posteriormente llegó el retiro del Dr. Du Bouchet, quedando la Dra. Ortiz como la última de los fundadores en abandonar este espacio televisivo.
A este grupo de expertos se sumaron más tarde los doctores Julio Fernández Bulté y Ángel Pérez Herrero. Más recientemente el programa sumó a los profesores Félix Julio Alfonso, Antonio Álvarez Pitaluga, Rodolfo Zamora Rielo y Dagoberto Rodríguez Abrahantes, dando espacio así a profesionales más jóvenes con igual talento y sabiduría.
El conductor de Escriba y Lea también ha tenido un participación fundamental en el espacio dado su papel de guía a través de la metodología de preguntas. Fue Cepero Brito quien marcó desde el inicio esta función con su peculiar personalidad. Luego, este lugar fue ocupado por Alfredo Calderón, Eduardo Mora Basart y Ever Ramón García.
A través del sugestivo juego de preguntas y respuestas los profesores universitarios han logrado acercar a los cubanos de varias generaciones a disímiles hechos históricos, frases célebres, personajes ilustres, estimulando así la inteligencia y las ansias de aprendizaje en los espectadores.
Es indudable el alcance, trascendencia y permanencia de Escriba y Lea, un espacio referencial e icónico de las pantallas cubanas. Más allá del entretenimiento, el mítico programa ha logrado lo que pocos en el país: mantenerse en transmisión durante largos años gozando de la preferencia de las familias de la isla y aportando conocimientos.
Recuerdos, anécdotas, remembranzas y muchos momentos de sabiduría guardan sin duda quienes han protagonizado el programa durante estos más de 50 años, convirtiéndolo además en patrimonio de la Televisión Cubana y parte indiscutible de la memoria cultural de la isla.
