Foto: Facebook
Texto: Hugo León
El historiador y profesor Ángel Pérez Herrero, conocido en toda Cuba por su participación en el programa televisivo Escriba y Lea, falleció este viernes en La Habana luego de varias semanas en delicado estado de salud
La noticia fue confirmada por el Departamento de Historia de la Universidad de La Habana en Facebook, y por personas allegadas en la mencionada red social.
Ángel Pérez Herrero nació en La Habana en 1942 y se licenció en Pedagogía y en Ciencias Jurídicas, además de lo cual, fungió como historiador de la Universidad de La Habana, casa de altos estudios donde ejerció el magisterio durante décadas.
A su labor como maestro, conferencista e historiador, se suma su actividad como escritor y como panelista del programa televisivo Escriba y Lea, en el cual tomó parte también durante varios años.
Fue este programa el que lo convirtió en uno de los catedráticos más reconocidos por los cubanos, si bien en la Universidad ya era querido y respetado por alumnos y el resto del claustro.
La labor educativa de Pérez Herrero fue más allá de las fronteras de su país natal, pues fue profesor también en Guatemala, México, Cabo Verde, entre otros, además de participar en numerosos eventos internacionales.
Por su contribución a la educación cubana recibió la distinción Rafael María de Mendive, entre otros reconocimientos. Como escritor e investigador, legó no pocos textos que compilan temas de arte, literatura y política de diversos períodos.
En las últimas semanas se extendieron noticias del empeoramiento de su estado de salud, el cual lo obligó a permanecer ingresado bajo cuidados médicos.
Algunas de las publicaciones a inicios de noviembre pedían ayuda con insumos médicos necesarios para el profesor, la mayoría de los cuales aparecieron, en parte debido a la red de ayuda que se creó entre familiares, amigos y alumnos para asistir el caso.
Este sábado en redes sociales abundan los mensajes de despedida y de respeto al profesor fallecido. Entre ellos destacan los de sus antiguos alumnos y compañeros de claustro, quienes agradecieron al maestro por sus enseñanzas y coincidieron en que fue un privilegio compartir labores con él o recibir sus enseñanzas.