Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
Entre enero y el cierre de agosto de este año llegaron a Cuba un millón 666 mil 592 turistas internacionales, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información de la isla (ONEI).
Según el informe, este número representa un aumento del 171,6 por ciento con respecto al mismo período del año anterior. La cifra supera en unos 695 mil visitantes internacionales a los llegados en 2022 pero todavía no es suficiente para que el país llegue a la cifra planificada para el presente calendario.
Por nacionalidades, Canadá sigue siendo el principal emisor de visitantes a Cuba, siguen la lista Estados Unidos, Rusia y España.
El mercado canadiense es tan importante para Cuba que desde allá llegaron al país 675 mil 996 turistas, es decir, más de la tercera parte de los visitantes internacionales declarados por la Mayor de las Antillas.
Entretanto, de Estados Unidos llegaron a Cuba 111 mil 100 y de Rusia 106 mil 529. De España, un mercado históricamente grande para el turismo cubano, llegaron apenas 62 mil 415 visitantes.
La cifra total de visitantes era de dos millones 164 mil 981 personas, si se suman los cubanos que residen en el exterior.
En total, con respecto al mismo período de tiempo del año pasado, la cantidad de viajeros a Cuba creció en un 55 por ciento, lo cual, para las autoridades cubanas, es un signo de recuperación del sector.
En tal sentido cabe destacar que el año pasado también se incumplieron los planes del gobierno referidos a la cantidad de turistas recibidos y que las cifras siguen estando muy por debajo de lo alcanzado en los años anteriores a la pandemia de Covid-19.
Desde julio de este año, el presidente Díaz-Canel había admitido que Cuba no podría llegar a los 3 millones y medio de turistas internacionales a los que aspiraba en 2023. Aunque la noticia no sorprendió, sí quedó claro que la recuperación económica del país tras la pandemia no tendría en el turismo el punto de apoyo pensado por el gobierno.
También surgen dudas relacionadas con las inversiones millonarias realizadas recientemente en el sector turístico. Estas inversiones, que no se detuvieron ni siquiera durante la pandemia, han estado enfocadas mayoritariamente en crear más capacidad de alojamiento y no en mejorar y recuperar instalaciones deterioradas, aun cuando el índice de ocupación de las habitaciones hoteleras existentes no llega al 20 por ciento.
