Fotos: Roy Leyra | CN360
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Cada noviembre centenares de cubanos celebran la fundación de la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana. Este año no faltó la música ni la casi religiosa ceremonia a los pies de su centenaria ceiba.
Una mezcla de rito y tradición, necesidades y deseos por cumplir se respiran mientras se dan tres vueltas al mítico árbol que custodia El Templete, la primera construcción neoclásica de la isla donde cada año se recuerda la primera misa y el primer cabildo de la ciudad.
Es la noche del 15 de noviembre y en la víspera de sus 503 años, La Habana intentó mostrar sus luces al caminante, lo invitó a recorrer sus calles y a perderse también en su música.
La Plaza de Armas fue el espacio que acogió también los sonidos de la ciudad. Varios artistas subieron al escenario para cantarle a sus años y a sus milagros.
Gerardo Alfonso, Marcos Madrigal, Ariagna Reyes, Milagros de los Ángeles Soto, Dayri Llanes, Cristina Rodríguez, Heydi Chapman, Laritza Pulido, Andrés Sánchez, Vania Borges y el Conjunto Folklórico Nacional pusieron la melodía y los pasos a míticos temas como “El heladero”, “Romanza de María La O”, “Malagueña”, “Hoy mi Habana”, “Damisela encantadora” y “Sábanas blancas”, entre otros.
Con sus voces, instrumentos y estilos recorrieron una parte del abanico musical de la isla, quizás el más tradicional para recordar que las raíces de la música cubana se adaptan a los tiempos por muy difíciles que estos sean.
Autores como Ernesto Lecuona, Rodrigo Prats, Gonzalo Roig, Ignacio Cervantes, César Portillo de la Luz, Juan Formell o el propio Gerardo Alfonso prestaron sus partituras para musicalizar la Ciudad Maravilla.
Hoy 16 de noviembre se realizará una Jornada de arte en la calle, donde varios artistas se darán cita en el barrio el Santo Ángel y en las calles del Centro Histórico.
La fiesta de la ciudad acogerá diversas manifestaciones y estilos que atraparán al caminante mediante estatuas vivientes, teatro callejero y de títeres, narración oral, danzas y más música.
Todo y más para celebrar a La Habana, a la ciudad que se resiste al tiempo, que aguanta y reclama, que acoge y despide, que reza y venera, pero que también baila y celebra, mira al mar, se abanica de esperanzas y canta de ilusión.