Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
A quien madruga Dios lo ayuda. Siguiendo esa lógica, los habaneros que pretendan hacer algún trámite en los bancos por estos días deberían quedarse despiertos desde la noche anterior como mínimo, teniendo en cuenta que por las colas en esas instituciones, la ayuda divina la necesitarán en cantidades ingentes.
Sucede que recientemente el gobierno cubano inició un proceso de bancarización para limitar el trasiego de billetes en las calles del país y promover la utilización de canales electrónicos y servicios bancarios para las transacciones de dinero. Además de las críticas de economistas, la medida trajo más colas en los bancos.
La razón para esta realidad es que, según los entendidos, un proceso como la bancarización descansa en cierta medida en la confianza de las personas en las entidades financieras y bancarias del país y en Cuba, esta confianza no parece andar sobrada.
Falta de confianza… y de dinero
Desde hace meses tanto los cajeros como los bancos de la isla padecen un doloroso déficit de efectivo impulsado por la fuga de unos mil millones de pesos cubanos y como la banca estatal es la única permitida en Cuba y no existe otra institución que la rescate, no hay otra solución que esperar que la medida funcione o que el Estado imprima más dinero.
En tales circunstancias, quienes aún tienen dinero en sus cuentas se están apresurando a extraerlo, y como la cantidad que se puede sacar es limitada hay personas que tienen que repetir la cola en varias ocasiones hasta terminar el proceso.
La situación no es diferente en los cajeros. A veces el problema está en la conexión, otros tantos no tienen dinero y cientos no funcionan. Por tales motivos, los que están en buen estado y tienen efectivo tienen colas que pueden durar horas.
Mientras esto sucede, las autoridades del país y los medios estatales defienden que la bancarización no sólo es necesaria sino también beneficiosa.
Otro problema que traen las colas en los bancos es que complican y demoran trámites de diversa índole que se realizan en ese tipo de instituciones y que no están necesariamente vinculados al depósito o extracción de dinero.
Si quienes organizan las colas no preveen esto, alguien que sólo necesita pasarse por la oficina comercial demorará el día entero a la espera del servicio.
Entretanto, ya se han visto en la capital y en otras provincias colas nocturnas frente a los bancos, mientras persisten el atraso tecnológico y la carencia de personal en el sistema bancario de la isla.
Llama la atención además que la decisión de bancarizar no se haya discutido ni consultado durante la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Si en abril a pocos cubanos se les ocurrió depositar sus dólares en los bancos cuando el gobierno volvió a aceptarlos, es difícil que ahora regresen con el efectivo en pesos cubanos, toda vez que en las calles del país, lo que más se utiliza actualmente es el dinero físico.
