Foto: EcuRed
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Para los cubanos nacidos en las décadas del ochenta y noventa el programa “Dando Vueltas”, emitido por la televisión cubana, marcó una época y momento en el consumo de programas infantiles en la isla caribeña.
Una revista variada, con toques e inspiración en el programa estadounidense Plaza Sésamo (Sesame Street), “Dando Vueltas” hizo entrañable el arte del títere en Cuba y que los malos fueran los personajes más divertidos en la televisión.
Con una duración de dos horas y en vivo, el programa, dirigido por Lilo Vilaplana, algunos recuerdan que comenzó los sábados y otros la recuerdan los miércoles. Tuvo como primera conductora a Mariela Rosales y luego a Carmen Daysi, el trabajo de ambas fue adorable, pero nada como disfrutar de las travesuras de Cain, “El príncipe de la bulla”, interpretado por el actor cubano Rafael Lahera, a quien todavía no es de extrañar que el público de vez en vez lo llame así.
Aunque si su gusto fuera por los personajes nobles, entonces también recordará a Fideo, con su cabellera amarilla, interpretado por Jorge Treto. En el “line up” de títeres y personajes siempre estará “Pepo”, de quien su tema de presentación aclaraba que “no es un perro cualquiera, no señor”, los hermanos Willy y Pilli; el inocente Pititi, y el inolvidable Vampiro, que chupaba “caramelos de mentol”.
Detrás de todos estos personajes sus manipuladores son grandes actores de la escena cubana como Lele Planells, Payo Linares, Olegario Pérez, Sandra Pérez y Ángel Enrique (Kike) Díaz.
“Dando vueltas” pertenece a una franja de programas infantiles donde la diversión no estaba reñida con el aprendizaje, o al menos ambas eran igual de importantes. Dentro de la creación de los libretos el mismo Vilaplana trabajaba junto a Lyn León y el dramaturgo Amado del Pino.
También eran parte del programa, Eloísa Alpízar en la producción general y la asesora Yolanda Iglesias, nombres que, de seguro al leerlos, los niños y niñas nacidos en ambas décadas recordarán.
Muchos de los animados, o incluso el set de emisión, se mezclan en la nostalgia y el recuerdo. Entre la D y la V de cartón que decoraban e identificaban al programa, quedan muchas horas de entretenimiento, pero también de la formación de grandes actores, de un pasado, que, por supuesto no vuelve, pero saca al niño interior que todos llevamos dentro.
Gracias por este regalo para el corazón de los que dimos en ese programa todo desde Mateo interpretado por Gilberto Reyes, El güero (Títere) con Ulik Anello, El cuentero Interpretado por Leopoldo Morales , El Cartero (Tiene) con Nitsy Grau y se me quedan algunos asistentes de Dirección y escritores.
Gracias.