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Cinco dulces que no deberían faltar este fin de año en Cuba… si aparece el azúcar

Foto: Shuterstock

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

En un país en que los ciudadanos se preguntan a inicios de mes si les venderán o no los productos de la libreta de abastecimiento, incluida el azúcar, que se cotiza a casi 300 pesos la libra en el mercado informal; en un país en que los cañaverales de año en año se van poniendo escasos y raquíticos, y los centrales no cumplen sus planes de producción, soñar con dulces tradicionales para las fiestas navideñas es, cuando menos, surrealista.

No obstante la precariedad de la vida y, sobre todo, el desencanto que mina las bases de la sociedad cubana y hace metástasis en lo más íntimo de las familias, la gente guarda sus reservas para las fechas señaladas, se aprieta aún más el ya de por sí apretado zapato y hace de tripas corazón para garantizar las condiciones mínimas en el hogar durante los días finales de diciembre.

Y esas “condiciones mínimas” incluyen los postres, parte de una tradición culinaria que ha pasado de generación en generación a través de la oralidad, los escasos libros publicados sobre el tema y el recetario casi siempre secreto de las abuelas.

Cuba Noticias 360 compendia los cinco dulces que no deberían faltar en las festividades cubanas de fin de año.

1. Buñuelos

Aunque este delicioso postre tiene variantes en otros países, la receta del buñuelo cubano es una de las más extendidas y solicitadas. Para su elaboración puede usarse la papa, catibía, harina de maíz, etc., pero los más tradicionales se hacen de yuca y malanga, se les da forma de ocho y se los baña de almíbar de anís. Pueden comerse tanto fríos como calientes y constituyen el dulce por excelencia para las celebraciones por el fin de año en la isla.

Foto: Shuterstock

2. Turrones

Oriundo de la cultura culinaria española, el turrón es un dulce que internacionalmente se identifica con la Navidad. En Cuba puede encontrarse gracias a los envíos desde el exterior, por lo general en sus variantes conocidas como Alicante y Jijona, o elaborados al más puro estilo criollo, casi siempre de maní. En cualquier caso, es una masa dulce obtenida por la cocción de mieles o azúcares a la que se incorporan los frutos secos pelados y tostados. A esta masa se le puede añadir, o no, clara de huevo para que emulsione; luego se amasa y se le da forma final de tableta rectangular o torta, que la familia suele degustar no solo como postre, sino también como merienda salvadora.

3. Dulce de toronja

Aunque pudiera parecer increíble porque los cítricos están ausentes de las tarimas cubanas, la isla es reconocida en el mundo por la calidad de sus toronjas, que se dedican casi exclusivamente a la exportación. Su peculiar sabor, que para algunos puede resultar demasiado ácido, obliga a, una vez removida la pulpa, dejar en remojo toda la madrugada antes de preparar el conocido dulce, sin dudas, uno de los preferidos por la familia cubana para las fiestas de diciembre. Se sirve en almíbar y con queso o galletas.

Foto: Shuterstock

4. Dulce de coco

Proveniente también de España, el dulce de coco en almíbar se ha aplatanado a la tradición culinaria cubana al punto en que es reconocido como uno de los que mejor identifica la gastronomía nacional. Se prepara con el coco rallado cocinado a fuego medio en un almíbar ligero, hasta alcanzar una textura que no sea totalmente espesa, porque de lo contrario el proceso resultaría en las famosas bolitas de coco. Para rematar el sabor de este postre, es preferible servirlo con queso o untarlo en panes o galletas.

5. Casquitos de guayaba

Foto: Will David Ramírez | Flickr

La guayaba es una fruta precolombina que ya conocían los taínos que habitaban las islas del Caribe, por lo que no se puede adjudicar la paternidad de las preparaciones elaboradas con esta fruta a ningún territorio en específico. Además de las jaleas y mermeladas, los casquitos de guayaba son una de las formas más extendidas de consumirla y hay numerosas variantes. En algunas, solo se emplea azúcar, agua y guayaba; en otras se añaden más ingredientes y especias, y casi siempre se prefiere servido con queso. Puede que no sea un plato elegante ni sofisticado, pero difícilmente haya algún hogar en Cuba que no lo tenga entre sus preferidos en cualquier época del año.

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