Texto: Darcy Borrero
Según divulgaron ayer los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor de 106.2 millones de personas han recibido al menos una dosis de una vacuna contra la Covid-19 en Estados Unidos.
La cifra incluye unas 61.4 millones de personas que han sido completamente vacunadas por la vacuna monodosis de Johnson & Johnson o el esquema de dos dosis hecha por Pfizer-BioNTech y Moderna.
En una nación donde más de 554.000 personas han muerto después de contraer el virus, la distribución de las vacunas sigue siendo prioridad gubernamental. Los proveedores están administrando un estimado promedio de 3,08 millones de dosis por día.
A finales de abril se cumplirán los primeros cien días de la administración Biden. Aunque el demócrata prometió administrar 100 millones de vacunas para este primer trimestre, las cifras muestran que Estados Unidos superó esa meta. Puntualmente, el 19 de marzo, casi seis semanas antes de lo previsto, la estrategia de vacunación rindió los frutos previstos, si bien Biden ha subido el listón y que espera que 200 millones de dosis sean administradas antes de su día 100.
Desde diciembre recibieron luz verde en Estados Unidos las vacunas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna. Ambas requieren que los pacientes reciban dos dosis espaciadas con un máximo de cuatro semanas de diferencia. Los reguladores (FDA) autorizaron más tarde, en febrero, la vacuna monodosis de Johnson & Johnson.
En cuanto al plan y desarrollo de la distribución, los medios locales indican que el gobierno federal ha entregado unas 207.9 millones de dosis a estados, territorios y agencias federales.
Precisa The New York Times que todos los estados han ampliado su programa de vacunación para incluir a algunos trabajadores no médicos. No solo los trabajadores de cuidado infantil y los maestros desde preescolar hasta el 12º grado son elegibles para vacunas en todos los estados, sino también los conductores de autobuses, que están en riesgo de estar expuestos al virus en el trabajo, deben ser beneficiados con este procedimiento.
Las listas de las profesiones elegibles varían ampliamente según el estado. Algunos funcionarios encargados de la ley y el orden son elegibles para la vacuna en todos los estados. Y al menos 46 estados aparte de Washington, D.C., están permitiendo que algunos trabajadores de supermercados obtengan vacunas.
No obstante, las noticias señalan cierto auge del movimiento antivacunas, que puede comprometer el éxito de la vacunación masiva y dejar desprotegidos a los ciudadanos escépticos ante la temprana inmunización. Líderes de comunidades evangélicas han sido expuestos como actores de importancia en este rechazo a las vacunas cuyo uso está aprobado.
Las teorías conspirativas no cesan —ni lo harán— si prolifera la desinformación y las instituciones religiosas alientan el descrédito a la ciencia, ya sea por aversión a la política contemporánea o a la industria farmacéutica.
