Texto: Raúl del Pino
Fotos: RL Hevia
El biotipo de Liván Moinelo está distante de ser el del pitcher perfecto. Menudo, de mediana estatura, su físico realmente no impresiona a primera vista, pero solo hasta que se encarama en el box y comienza a soltar latigazos con su brazo izquierdo. Sí, porque su forma peculiar de lanzar, un tanto encorvada, imita el movimiento de quien empuñara un fusta para castigar a alguien.
Y si de castigos hablamos, habrá que preguntarles a los bateadores de Matanzas que este miércoles sufrieron en primera fila los embates del refuerzo pinareño de Artemisa. Moinelo entró a trabajar mucho antes del momento en que suele hacerlo, pero eso no impidió que plasmara un cerrojo de lujo para sellar la victoria de los Cazadores por 6-3 que igualó a un éxito por bando la final de la II Liga Élite del Béisbol Cubano.
El zurdo de los Halcones de Soft Bank sufrió una lesión a mitad de año que lo obligó a pasar por el quirófano y perderse el resto de la temporada en la pelota japonesa. Su presencia en la Liga Élite forma parte del proceso de recuperación y cuando Artemisa lo tomó de refuerzo para las semifinales, muy pocos pensaron que el lanzador de 28 años se iba a comprometer de la forma que lo ha hecho con su nuevo equipo.
Si quedaba alguna duda, anoche quedó disipada luego de su extraordinaria actuación de 3 innings y un tercio en la que espació 5 ponches y realizó 54 pitcheos, una cifra muy superior a su media habitual. No obstante, él mismo fue el que pidió que lo dejaran terminar la faena, con la que se anotó el tercer punto por juego salvado en la postemporada, y el primero en la final.
Moinelo, que tuvo que entrar en la sexta entrada para apagar la rebelión matancera, redondeó el excelente desempeño del abridor Raymond Figueredo. El derecho proveniente de Industriales en calidad de refuerzo lanzó los primeros cinco capítulos de forma inmaculada pero debió abandonar el juego en el sexto tras recibir un pelotazo. En total, permitió solo dos carreras y se anotó el triunfo.
Asimismo, los Cazadores volvieron a lucir su tenacidad a la hora de producir carreras, donde del primero al noveno bate contribuyen a la causa, pese a que los nombres de Dayán García, Frederich Cepeda y Dennis Laza destaquen el centro del lineup. En esta ocasión, la voz cantante la llevó la parte baja del sexto al noveno bates, con seis de los 11 imparables que produjo el equipo en el choque, incluidas cuatro carreras impulsadas.
Ahora la gran final se traslada al parque 26 de julio de Artemisa, donde mañana viernes se reiniciarán las acciones para los juegos del tres al cinco. Por los anfitriones la responsabilidad estará entre Albert Valladares, Yunieski García y Erlys Casanova, de acuerdo con declaraciones del mánager Yulieski González. En tanto, Armando Ferrer tampoco definió su hombre, aunque dejó entrever que podría ser el mayabequense Yadián Martínez, incorporado como refuerzo para esta final, proveniente de Las Tunas.
